El muro imaginario para cumplir el 'shabat'

JOAN Cañete Bayle

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Es de esas cosas que puedes pasarte mucho tiempo sin ver, pero que si alguien te llama la atención sobre ello, entonces no dejas de verlo en todas partes. Es elEruv, y a simple vista se trata un simple cable parecido al de la línea telefónica o al del tendido eléctrico con un trozo de tela rojo colgando que se extiende por aceras y campos abiertos y que se encuentra en todas las ciudades de Israel y en los asentamientos de Cisjordania. Pero ese cable es mucho más de lo que parece.

Según establece la Torá, hay 39 categorías de actividades prohibidas durante elshabat.Una de ellas es transportar objetos o personas, da igual su tamaño o peso, de un lugar privado a uno público y viceversa durante el descanso sabático. Como es fácil de imaginar, esta prohibición crea graves inconvenientes, tanto hace miles de años como en la actualidad. Por ejemplo, las madres no pueden llevar a sus bebés a las sinagogas, pero la prohibición incluye cualquier objeto, desde llaves hasta un pañuelo o un mechero. El objetivo de la norma es que elshabatno pierda su condición de día sagrado y se utilice para cuestiones cotidianas. Ahora bien, la ley religiosa también indica que elshabatdebe ser un momento de goce y no de sufrimiento.

Ante esta situación, los rabinos abrieron un debate que se remonta, según la tradición, a la época del rey Salomón. Fue este monarca el que solucionó en parte el problema disponiendo que en cada casa habría una pieza de pan que pertenecía a toda la comunidad. Al tener una propiedad en casa ajena, se consideraba espacio privado propio.

Pero la solución más satisfactoria fue crear elEruv, palabra hebrea que se puede traducir por mezcla, reunión o asociación. Se trata de delimitar, con un muro o una valla, un espacio público que automáticamente se convierte en privado y en el que se pueden cargar objetos. Como no es práctico amurallar grandes ciudades, el perímetro común se marca con este hilo. Pueden encontrarse unEruven el jardín de una casa, en un barrio o en una ciudad entera, como es el caso de la parte judía de Jerusalén. De esta forma, en el perímetro delEruvse pueden cargar objetos, aunque no todos: un paraguas no puede abrirse porque equivale a construir una tienda de campaña, no se puede llevar una bicicleta, tabaco, dinero... La lista de prohibiciones está relacionada con las otras normas delshabaty, en última instancia, con el criterio del rabino de cada comunidad judía.

Les puede parecer una excentricidad, pero hay 150 comunidades conEruven todo el mundo (la última, Santa Mónica, en California, desde la semana pasada). El cable está presente en todo Israel y en casi todas las grandes ciudades de EEUU --en Nueva York se vivió a principios de siglo un debate sobre si Manhattan, como isla, constituía o no unEruvpor sí misma--, así como en Gibraltar, Melburne, Johanesburgo o Estrasburgo. En Canadá, la petición en los tribunales de las comunidades judías de construir unEruvgeneró un debate sobre libertad religiosa. Así que si viajan a Jerusalén o a cualquiera de esas ciudades y se fijan en elEruv, a partir de ese momento no dejarán de verlo en todas partes.