Manifestación gigante en Beirut contra el Gobierno de Siniora

JOAN CAÑETE BAYLE / JERUSALEM

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Había alertado el líder de Hizbulá, el jeque Hasán Nasralá, de que iba a tomar las calles de Beirut y, como es habitual en él, ayer cumplió su palabra. Unas 800.000 personas, según la policía --los organizadores hablaban de una mayor asistencia--, procedentes de todo el Líbano se manifestaron en Beirut para exigir la dimisión de Fuad Siniora como primer ministro, en un acto de fuerza de la oposición prosiria liderada por la milicia chií que se produce tras el reciente asesinato del ministro de Industria, el antisirio y líder cristiano Pierre Gemayel.

En un mar de banderas del Líbano, los manifestantes cantaron eslóganes contra Siniora y cortaron todos los accesos a la sede del Gobierno con la intención de permanecer allí hasta que el primer ministro, considerado un aliado de EEUU, dimita. Anoche, empezaron a levantar el bloqueo. El Ejército mantenía la sede gubernamental protegida con un dispositivo inédito en el país a pesar de que la manifestación fue en todo momento pacífica.

BLOQUEAR LA CIUDAD

"Exijo al primer ministro y sus ministros que dimitan. No son un Gobierno legítimo", dijo a la multitud Michel Aún, líder cristiano y aliado de Hizbulá. La intención de los manifestantes es bloquear la ciudad y crear una situación de inestabilidad que fuerce la dimisión de Siniora, que ha acusado a la oposición de organizar un golpe de Estado. Hizbulá y Aún argumentan que tras la dimisión de seis ministros chiís, el Gobierno es ilegítimo, ya que no cumple con la condición de ser de unidad nacional.

En el transfondo de la crisis está la constitución de un tribunal internacional que juzgue los asesinatos políticos en el Líbano --al que Siria y sus aliados se oponen-- y el eterno pulso entre partidarios y detractores de la influencia del régimen de Damasco en los asuntos internos libaneses. En este sentido, Saad Hariri --líder del bloque antisirio e hijo del asesinado exprimer ministro Rafic Hariri-- hizo gala de responsabilidad al evitar que sus partidarios organizaran contramanifestaciones.

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