Seguridad ciudadana

L’Hospitalet rechaza las patrullas vecinales y la “infiltración de la extrema derecha” en el barrio de Bellvitge

Más de una veintena de entidades del barrio se oponen a estos grupos para combatir el aumento de delincuencia

El 'Gobierno Quirós' asume su preocupación por que estos movimientos "desestabilicen el barrio"

CONTEXTO | La presión policial en el aeropuerto y en Barcelona desplaza a los multirreincidentes a L'Hospitalet

OTRAS CIUDADES | Inquietud en Santa Coloma y Mataró por 'marcas blancas' vecinales capitalizadas por la extrema derecha

DELITOS | Los delitos suben un 6,4% en L’Hospitalet en el último año, principalmente debido a los hurtos

Imagen de archivo de unos bloques de vecinos de Bellvitge, en L'Hospitalet de Llobregat.

Imagen de archivo de unos bloques de vecinos de Bellvitge, en L'Hospitalet de Llobregat. / Elisenda Pons

Àlex Rebollo

Àlex Rebollo

L'Hospitalet de Llobregat
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Hace ya tiempo que la seguridad se ha convertido en una de las principales preocupaciones de L’Hospitalet de Llobregat (Barcelonès). Los datos de la última Junta Local de Seguridad, celebrada el pasado mes de marzo, reflejan que los delitos en la ciudad han subido un 6,4% respecto al año anterior, principalmente debido a los hurtos. Ante este panorama, y para evitar mayores escaladas, los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana han redoblado esfuerzos en los últimos meses para llevar a cabo dispositivos conjuntos contra la multirreincidencia o los locales conflictivos.

Sin embargo, para algunos vecinos esto no es suficiente y en las últimas semanas han empezado a organizar patrullas vecinales en el barrio de Bellvitge. Este hecho ha supuesto la condena inmediata de más de una veintena de entidades del barrio, que recuerdan que la seguridad es competencia exclusiva de los cuerpos de seguridad. También se pronuncia en ese mismo sentido el propio Ayuntamiento de L’Hospitalet. El primer teniente de Alcaldía y concejal de Seguridad, Jesús Husillos, recuerda también que solo los agentes de policía tienen autoridad para pedir documentación, identificar o detener a alguien.

Las más de 20 entidades que han firmado una carta manifestando su preocupación por las patrullas y los discursos de odio no niegan que haya algunos problemas más de seguridad que antes. “Entendemos y compartimos la inquietud vecinal por la seguridad ciudadana, pero consideramos que la respuesta a esta problemática no puede pasar por la creación de grupos de vigilancia al margen de la legalidad”, remarcan. A su vez, recuerdan que Bellvitge ha sido históricamente un barrio obrero y de acogida y donde “todo el mundo ha encontrado su espacio sin cabida para el odio”. 

Las asociaciones vecinales dicen que les “preocupa” que, con la excusa de la seguridad, las patrullas y manifestaciones puedan ser "infiltradas por la extrema derecha" y que estos movimientos aprovechen para “potenciar la violencia y el odio”, así como relacionar “migración con delincuencia de manera injusta y peligrosa”. Husillos dice que sospechan que al menos algunos de los convocantes de una manifestación el pasado 17 de mayo "no viven en el barrio de Bellvitge", que "tienen vinculación con partidos de extrema derecha" y que, por lo tanto, "tienen un interés clarísimo en desestabilizar y estropear la imagen, el buen nombre y la convivencia en nuestros barrios". "Que la extrema derecha o expresiones vinculadas a la extrema derecha tengan presencia pública en nuestra ciudad o en cualquier otro espacio siempre nos preocupa", añade el teniente de alcalde.

El pasado día 17, además de las patrullas, unos 300 vecinos se concentraron junto a la Ermita de Bellvitge para protestar por la sensación de inseguridad. Los días previos y siguientes han aparecido carteles y publicaciones en redes sociales que vinculan directamente la delincuencia con extranjeros, se acompañan proclamas xenófobas y antiinmigración o se han usado noticias de sucesos de hace añosincluso alguna de 2001— como si fueran actuales en pro de encender los ánimos en un ambiente ya de por sí caldeado.

Cartel de Juventud Combativa sobre la delincuencia en Bellvitge con el reclamo de una noticia de 2001 en la que no se especificaba la nacionalidad del agresor.

Cartel de Juventud Combativa sobre la delincuencia en Bellvitge con el reclamo de una noticia de 2001 en la que no se especificaba la nacionalidad del agresor. / Cedida

Aumento de la delincuencia

Los datos del consistorio reflejan que las denuncias por hurtos y robos con violencia e intimidación en Bellvitge crecieron en el primer trimestre de 2025 respecto el mismo periodo del año anterior. Unas cifras que van en consonancia con el incremento de un 24,9% de los robos con violencia e intimidación a escala de ciudad que ya constató la Junta Local de Seguridad. Con todo, fuentes municipales apuntan también que los datos de este mes de mayo, por el contrario, reflejan una caída de este tipo de delitos en Bellvitge.

Como explicaba EL PERIÓDICO hace unas semanas, uno de los principales motivos que ayudan a comprender el aumento de la delincuencia en L’Hospitalet es la presión ejercida por los cuerpos de seguridad en el aeropuerto de El Prat y en la ciudad de Barcelona. L’Hospitalet, ubicada entre ambos núcleos, se ha convertido en polo de atracción para multirreincidentes, tal y como afirman los Mossos d’Esquadra. Así, las zonas con más complicaciones son los barrios del norte y espacios con grandes volúmenes de personas y/o turistas, como las inmediaciones del recinto de Fira Gran Via o las estaciones de la L9 del metro, que precisamente conecta Barcelona con el aeropuerto. 

Husillos defiende que los últimos meses han aumentado la presión policial y celebra que el Govern de la Generalitat acompañe al consistorio en ello. A su vez, reivindica el impacto que están teniendo los distintos dispositivos policiales conjuntos Brida o Kanpai, ente otros, para actuar contra la multirreincidencia y otro tipo de delincuentes. Pese a ello, ha insistido en la necesidad de que el sistema judicial “tome medidas más contundentes” para que las actuaciones y detenciones policiales puedan traducirse en “condenas y entradas a prisión”. Aunque, a priori, Bellvitge queda fuera del radar de los puntos más conflictivos de la ciudad, ante el aumento de delitos, algunos de los dispositivos se han llevado también acabo en el tramo sur de la ciudad.

Las entidades vecinales de Bellvitge reclaman que el ayuntamiento lleve a cabo una tarea de pedagogía para advertir sobre los “riegos y amparo legal” que tienen las patrullas y que “actúe con urgencia y de manera integral para garantizar la seguridad en el barrio”.

"Da más miedo un fascista"

Vecinos de Bellvitge consultados explican que las patrullas empezaron a planearse en grupos de WhatsApp y Facebook hace ya alrededor de dos meses a raíz de ese aumento de la delincuencia que afecta más a jóvenes y personas mayores, es decir, colectivos más vulnerables. Así, estos movimientos se han acelerado en las últimas semanas. Es también en este último mes cuando Juventud Combativa se ha implicado con carteles que vinculan a la delincuencia y a la inmigración y en la manifestación del pasado 17 de mayo. Esta formación son las juventudes del Frente Obrero, un partido que se define de izquierdas, contrario a la ideología de género, "patriota" y que habla de la necesidad de "tomar medidas inmediatas para revertir la situación y que nuestro país no se convierta en un vertedero multicultural", con una retórica similar a la de la extrema derecha de Vox.

La concentración frente a la Ermita de Bellvitge recuerda así a otras dos concentraciones recientes, una en Santa Coloma de Gramenet y otra en Mataró, impulsadas 'marcas blancas' vecinales y que distintas fuentes de los cuerpos de seguridad vincularon con la extrema derecha. "Hubo mucha gente que no quiso participar en la manifestación por miedo a que hubiera cánticos racistas", comenta un vecino de Bellvitge que prefiere mantenerse en el anonimato. La misma persona, que denuncia también la sensación de seguridad en Bellvitge y reclama más presencia policial, recuerda que en la concentración fueron también los asistentes vinculados al Frente Obrero los que llevaron la voz cantante. "Han venido a pescar en aguas revueltas", afirma tras matizar que la inquietud vecinal por la seguridad venía de antes de la concentración.

Previo a la manifestación, por ejemplo, el Frente Obrero colgó carteles en las marquesinas del barrio bajo el título de "Zona multicultural", con referencia a L'Hospitalet, y seguido de datos de aumento de la delincuencia. Fuentes de la asociación Amalvígia Grup de Dones de Bellvitge —una de las entidades firmantes—, que también prefieren no dar su nombre ante el miedo a posibles represalias, aseveran que en los grupos de las patrullas y en estas concentraciones se "señala a colectivos concretos", que se emplean discursos "contra minorías y gente de fuera" e insisten en que "no queremos que el discurso del odio cale en un barrio obrero". "La violencia y el discurso fascista no nos representan", añaden las mismas fuentes, que explican también como hay miembros de estos grupos que ya "están haciendo fotos a menores" que tal vez están simplemente entados en un banco.

Las asociaciones firmantes de la carta inciden en que "ni todos los que van de negro y en patinete son delincuentes, ni todos los delincuentes van de negro y con patinete". Las mismas fuentes de Amalvígia reconocen que también les preocupa la seguridad. "No lo negamos, pero da más miedo un fascista que un niño en patinete", insisten. Así, apuntan que si las principales víctimas de los robos son niños y ancianos no terminan de entender porque las patrullas de Bellvitge se organizan por la noche, cuando estos colectivos están en casa.

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