Balance 2017-2022

Las dificultades económicas abocan al 'nomadismo' metropolitano en el área de Barcelona

La proporción de población que ha cambiado de residencia en la Gran BCN en los últimos cinco años ha pasado del 8,8% (2017) al 28,3% (2022)

Casi uno de cada cuatro cambios residenciales que se han producido en los últimos cinco años han sido por motivos económicos o forzados

Fotografía de archivo de una mudanza en Barcelona.

Fotografía de archivo de una mudanza en Barcelona. / Danny Caminal

Manuel Arenas

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La proporción de población de la región metropolitana de Barcelona que ha cambiado de residencia dentro de esta zona en los últimos cinco años ha pasado del 8,8% en 2017 al 28,3% el pasado 2022, es decir, se ha triplicado, superando el 1,1 M de personas.

Se desprende así de la Enquesta de Cohesió Urbana 2022 realizada por el Institut d’Estudis Regionals i Metropolitans de Barcelona (IERMB) por encargo del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), que ha entrevistado a 3.840 persones de más 16 años de la región metropolitana de Barcelona, zona que va más allá de la estricta área metropolitana, desde la capital al Maresme pasando por el Delta de Llobregat o el Vallès.

La mejora residencial de la vivienda y/o el entorno (38,9%) y la formación de un hogar (30,4%) siguen siendo los principales motivos para cambiar de vivienda, pero su peso se reduce respecto a periodos anteriores y los motivos económicos o forzados por la vivienda se incrementan significativamente. Casi uno de cada cuatro cambios residenciales que se han producido en los últimos cinco años (24%) han sido por estos motivos, con un incremento de 9,6 puntos respecto al año 2017.

También ha habido un aumento importante de población que señala causas relacionadas con el precio de la vivienda como razón principal para escoger el lugar de residencia (del 15% en 2017 al 23,7% en 2022). En cambio, los motivos familiares pierden peso respecto a 2017, situándose en torno al 19,9% frente al 29,1% previo.

La acusada percepción de dificultad metropolitana

En los últimos cinco años, señalan desde el IERMB, la percepción de dificultad para encontrar vivienda asequible se ha extendido por toda la región metropolitana de Barcelona. En 2022, casi dos tercios de la población metropolitana considera que es difícil encontrar una vivienda asequible que se adecue a sus necesidades en su barrio o municipio. Esta dificultad percibida pasa del 50,5% en 2017 al 64,3% en 2022, un aumento muy significativo.

El aumento ha sido mucho más acusado en el resto de la región metropolitana que en la ciudad de Barcelona. En la capital, el crecimiento ha sido menor, aunque sigue siendo uno de los ámbitos territoriales que presenta el porcentaje más elevado de población que percibe esta dificultad (66,1%).

Mientras que en 2017 Barcelona (62,6%) destacaba claramente respecto al resto de territorios, seguida a distancia por el Vallès-Collserola (53,5%) y el Delta (50,5%), en 2022, la situación ha cambiado de forma significativa. Así, en todos los subámbitos territoriales metropolitanos hay un porcentaje de población superior a la mitad que declara dificultades para encontrar vivienda asequible. Los territorios que han experimentado los principales incrementos son el Maresme (25,4 puntos), Sabadell (23,2 puntos), Terrassa (22,6 puntos) y Ordal-Llobregat (22,2 puntos). Además, el Delta (69,4%) y el Maresme (67%) superan actualmente a Barcelona (66,1%) como territorios con la mayor proporción de población que percibe este problema de acceso.

Expectativas de cambio residencial

Según el informe del IERMB, en 2022 un 30% de la población metropolitana prevé cambiar de vivienda en los próximos cinco años, un incremento relevante respecto a 2017 (23%). Las expectativas de cambio residencial han aumentado particularmente en la ciudad de Barcelona, siendo el ámbito que actualmente registra el mayor porcentaje (35,5%).

A su vez, el 85,5% de la población metropolitana está satisfecha con su barrio de residencia. Sin embargo, se va consolidando en el conjunto de la región metropolitana una tendencia creciente de población que hace una valoración negativa de distintos aspectos de los barrios. Entre 2011 y 2022, los mayores incrementos de valoración negativa se han producido en la calidad ambiental (del 6,8% al 20,2%), la disponibilidad de aparcamiento (del 38,7% al 52,1%), el estado del entorno (del 7,8% al 17,2%) y la seguridad ciudadana (del 10,1% al 19,2%).

El barrio, en cambio, se reafirma como espacio de referencia para realizar las compras de alimentos frescos (73%) y envasados (69,6%), para acudir al médico de familia (65,1%) y para realizar gestiones bancarias (47,6%) y actividades deportivas (46,1%).