El helicóptero de rescate de niños enfermos del hospital de Sant Pau cumple 20 años

En el helipuerto 8 Tripulantes, médicos y enfermeras del helicóptero medicalizado posan con sus jefes.

En el helipuerto 8 Tripulantes, médicos y enfermeras del helicóptero medicalizado posan con sus jefes.

ÓSCAR HERNÁNDEZ / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Han pasado cinco años y la profesora Eva Puy aún se emociona al recordar cómo su hija sufrió una parada cardiorespiratoria con 20 días de vida. De una clínica la llevaron al hospital Arnau de Vilanova de Lleida. Un helicóptero del Hospital de Sant Pau aterrizó allí y la trasladó a Barcelona. Ahora, en el vigésimo aniversario de este servicio de urgencias pediátricas áreas, la hija de Eva, Clara, es una niña de 5 años feliz y sana. "Sufría una cardiopatía congénita. Su corazón iba a 300. Podia morir o tener secuelas, pero no ha sido así. ¡Estoy tan agradecida!", explica la madre.

La doctora Sonia Brío, miembro del equipo de ocho enfermeras y 12 médicos dispuestos a salir volando a la búsqueda de algún bebé o niño en estado crítico, tampoco olvida el caso de Clara. "Nos planteamos si podía sobrevivir. La única posibilidad era trasladarla en helicóptero a Barcelona", afirma la especialista, de 38 años, nueve de los cuales en este servicio de urgencias aéreas, de ángeles de la guarda.

TIEMPO VITAL

El equipo de asistencia y traslado de niños en estado crítico en helicóptero tiene su base en el Hospital de Sant Pau. Un helipuerto en su azotea permite que el menor sea trasladado directamente en su camilla o incubadora desde el helicóptero a intensivos. En 20 años, este servicio ha recogido a 1.100 niños en Catalunya. "Estos traslados suponen un necesario ahorro de tiempo en niños con una grave patología o traumatismo", explica Albert Salazar, gerente del Sant Pau, en el 20 aniversario del servicio.

Para que todo funcione siempre hay un equipo médico de guardia dispuesto a salir volando. "Nosotros trabajamos en la unidad neonatal del Sant Pau hasta que nos avisan de que el helicóptero viene a recogernos -explica la enfermera Maite Rodríguez-. En minutos nos preparamos, cogemos la incubadora si es necesario y subimos a bordo. Recogemos al menor, normalmente en otro hospital que está lejos, y lo traemos. El mismo equipo le trata en nuestra unidad del Sant Pau".

Como en el helicóptero solo caben, además del paciente, dos pilotos, un médico y una enfermera, los padres del menor enfermo se quedan en tierra. "Nos acompañan hasta el helipuerto y allí nos despedimos. Les damos un teléfono donde les informan minuto a minuto del traslado y el ingreso mientras ellos vienen en coche. Siempre están muy agradecidos", añade Rodríguez, de 33 años, siete de los cuales como tripulante de esta ambulancia aérea.

Algunos padres incluso vuelven al hospital a ver a sus salvadores verles en cada nuevo cumpleaños, como Eva Puy y su hija Clara.