Tras el impulso del confinamiento, con la llegada de los calores del verano y el fin del estado de alarma y de las restricciones a la movilidad, el pasado 21 de junio se puso en marcha una tendencia al alza: el teletrabajo en la segunda residencia. La tentadora fórmula ha sido la elegida especialmente por muchas familias con hijos ante la escasa oferta de campamentos y escuelas de verano en las ciudades y los miedos respecto a la convivencia con los abuelos. No es el de 2020 un verano de 'Rodríguez'.