Pilar Ceprián lleva varios años trabajando como auxiliar de enfermería en un geriátrico. "Los ancianos nos necesitan, tenemos que estar ahí en estos duros momentos", explica. Aunque reconoce sentir "rabia e impotencia" ya que, como en muchos centros, los equipos de protección contra el coronavirus han llegado "con mucho retraso". Esta semana ha tenido que llamar a alguna familia para informarle del fallecimiento de internos. "¿Les tocaba? ¿Qué habría pasado si se hubieran tomado medidas desde el primer momento? Es una pregunta que nos estamos haciendo todas las trabajadoras", reconoce.