Un mes y medio después de la vuelta de vacaciones, el tráfico y la contaminación siguen ligeramente por debajo de lo habitual en estas fechas en Barcelona. Sin embargo, la noticia no resulta tan buena como parece. Los coches ya están en niveles cercanos a los anteriores al confinamiento, aunque muchos empleados siguen teletrabajando y otros están en ERTE o en el paro, por la crisis del covid-19. Por otra parte, el transporte público no levanta cabeza: está en un 60% de su uso anterior a la crisis.