Cuando amanece el 8 de diciembre de 1980, John Lennon tiene 40 años y una nueva vida por delante. Tras un lustro de silencio que ha consagrado al cuidado de su hijo Sean, el fundador de los Beatles se siente en condiciones de "volver a empezar de nuevo", tal como él mismo proclama desde el título del 'single' que le ha devuelto a la primera línea del negocio musical. 15 horas y media después, abatido por los disparos de un fantoche con hambre de fama, Lennon agonizará a las puertas del edificio Dakota de Nueva York, en el que residía desde 1973. Esta es la reconstrucción del último día de vida de un artista fundamental.