EXPOSICIÓN DE PIEZAS DE VIDRIO EN EL CENTRE D'ARTESANIA DE CATALUNYA

Vajilla tecnoemocional

Una muestra exhibe 60 originales platos de restaurantes de vanguardia

Paco Pérez (Miramar).

Paco Pérez (Miramar).

FERRAN IMEDIO

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Mucho se ha debatido si la gastronomía es arte, aunque sea efímero porque dura lo que se tarda en comer un plato. Las emociones que genera, el discurso que hay en la elaboración de cada pieza... La presencia de Ferran Adrià como artista invitado a la Documenta de Kassel del 2007, la feria de arte contemporáneo más importante del mundo, avivó las opiniones a favor y en contra. Visitar la muestra que el taller del vidrio Luesma & Vega ha inaugurado en el Centre d'Artesania de Catalunya (Banys Nous, 11, entrada libre) puede generar un debate similar. ¿La vajilla es arte o artesanía?

Lo cierto es que las 60 piezas que se exponen hasta el 16 de marzo en el local del Gòtic son preciosas, sorprendentes, imaginativas... y útiles, claro, porque están al servicio de las recetas de los grandes chefs que han confiado en este estudio barcelonés ubicado en el Poble Espanyol. «¿Arte? Lo nuestro es un servicio. Aunque pueda tener un componente artístico, ayudamos a poner en valor el discurso del chef. Somos como el escenógrafo de una obra de teatro», compara Xavier Vega, socio de este taller que comenzó a lo grande, trabajando para el Bulli en el 2003.

Desde entonces, es más fácil buscar qué superchef no ha trabajado con ellos que hacer una lista de los que tienen sus vajillas. Son referentes mundiales en su ámbito; trabajan para empresas de EEUU, Alemania, Austria, Suiza, Bélgica... Y sus platos se han catado en Bangkok, Cartagena de Indias, Río de Janeiro, Sâo Paulo, Las Vegas, Auckland, San Sebastián, Londres, París, Berlín, Oslo, Santa Coloma de Gramenet,...

Más allá de la belleza de las piezas, Vega subraya otros factores básicos. «Deben ser apilables, baratas -vendemos platos de Arzak por 20 euros-, sufridas, limpiables, higiénicas...». Y deben ser a medida del chef: «Andoni Luis Aduriz quiere que la vajilla pase desapercibida y sea del color del mantel. Paco Pérez, en cambio, busca platos que ayuden a entender lo que comes, como el de snacks mexicanos, que tiene forma de hoja de cactus. A David Muñoz, de Diverxo, le hicimos 16 lienzos: unos parecían telas muy finas, como de lino; otros tenían texturas gruesas; otros estaban arrugados, y otros tenían agujeros...

IMÁGENES Y BAJORRELIEVES / La tecnología hace soñar: el horno está controlado con microprocesadores, de manera que permite esculpir formas a medida del consumidor. Y también se pueden transferir imágenes al vidrio e incluso trabajar con los bajorrelieves. Una demostración de que la vajilla también puede ser tecnoemocional.