Audiencia Provincial de Madrid
¿Qué pasa con Belén Esteban? Última hora de su situación con la justicia
La colaboradora de televisión ha llevado su batalla al terreno penal, acusando a Sanchís de un delito continuado de apropiación indebida

Toño Sanchís y Belén Esteban / Telecinco/RTVE
La guerra que parecía haber culminado en los juzgados civiles ha escalado a su capítulo más tenso y definitivo. Belén Esteban y su exrepresentante y amigo, Toño Sanchís, se han reencontrado este lunes en la Audiencia Provincial de Madrid para iniciar un juicio que podría tener consecuencias drásticas para el mánager. Lejos de ser una simple disputa económica, esta vez la colaboradora de televisión ha llevado su batalla al terreno penal, acusando a Sanchís de un delito continuado de apropiación indebida, un movimiento que eleva la presión y pone sobre la mesa una posible pena de cárcel.
El ambiente a las puertas del juzgado reflejaba la tensión del momento. Belén Esteban, con un gesto serio y visiblemente nerviosa, llegó acompañada de su principal apoyo, su marido Miguel Marcos. Fiel a su estrategia de prudencia, se limitó a señalar que no haría declaraciones hasta que el proceso, que se prevé largo, concluya. "Yo estoy tranquila porque yo cuento la verdad", sentenció, dejando claro que confía plenamente en la justicia. En el lado opuesto, Toño Sanchís apareció relajado y sonriente, una actitud que contrasta fuertemente con la gravedad de las acusaciones que enfrenta.
De la traición mediática a la batalla civil
Para entender la magnitud de este nuevo enfrentamiento, es crucial retroceder casi una década. La relación entre Belén y Toño era mucho más que profesional; era una amistad profunda, casi familiar. Belén Esteban llegó a incluirlo en su testamento como tutor legal de su hija Andrea en caso de que algo le sucediera, una prueba irrefutable de la confianza ciega que depositaba en él. Sin embargo, todo se derrumbó el 1 de diciembre de 2015, cuando, rota de dolor, anunciaba en 'Sálvame' la traición: "No me han partido el cuerpo, me han partido el corazón".
El detonante fue una reclamación de Hacienda por casi 600.000 euros que la tomó por sorpresa. Al intentar hacer frente a la deuda, descubrió que sus cuentas no cuadraban. Una auditoría externa reveló un patrón de presuntas irregularidades: Sanchís no se estaría llevando el 20% pactado de sus ingresos, sino un 30%, según un supuesto acuerdo verbal nunca formalizado. Además, salieron a la luz trabajos por los que Belén habría cobrado mucho menos de lo estipulado o, directamente, nada, como ocurrió con los derechos de su biografía, "Ambiciones y reflexiones". Aquella primera batalla, por la vía civil, le dio la razón en 2017, condenando a Sanchís a pagarle una cifra cercana a los 600.000 euros.
Apropiación ilícita y falsificación: las claves del juicio penal
El juicio actual se centra en hechos que van más allá del incumplimiento contractual. La victoria civil de Belén Esteban fue solo parcial, ya que Toño Sanchís se declaró insolvente. Aunque ella logró embargar y adjudicarse en subasta la casa familiar del representante, la deuda pendiente seguía siendo de casi 400.000 euros. Es aquí donde la acusación penal cobra todo su sentido. La Fiscalía solicita para Sanchís una pena de tres años y medio de cárcel y una indemnización de 388.868,14 euros. La acusación particular, ejercida por Belén, eleva la petición de prisión a cuatro años y medio.
El núcleo de esta nueva demanda es la presunta intención delictiva en la gestión de los fondos. Belén Esteban sostiene que Sanchís no solo se quedó con dinero que no le correspondía, sino que lo hizo a través de un entramado de cuentas bancarias abiertas sin su conocimiento. La acusación se apoya en una prueba que podría ser demoledora: la supuesta falsificación de hasta seis firmas, tanto suyas como de su hermano, para operar dichas cuentas. Por su parte, la defensa de Sanchís pide la libre absolución, argumentando que él no firmó personalmente los documentos que se le imputan.
Un futuro incierto y dos vidas separadas
Este juicio no solo determinará el futuro judicial de Toño Sanchís, sino que también cerrará definitivamente uno de los capítulos más dolorosos y mediáticos de la vida de Belén Esteban. Mientras ella ha consolidado su posición en televisión y como empresaria, la vida de Sanchís ha tomado un rumbo diferente tras la ruptura. Aunque continúa con su agencia de representación, RTS Management, con clientes tan polémicos como "El Sapo", y ha producido documentales de éxito, su figura pública quedó marcada por este conflicto.
El enfrentamiento en la Audiencia Provincial es, por tanto, el clímax de una historia de confianza rota, ambición y presunta estafa. A lo largo de varios días, desfilarán pruebas y testimonios que intentarán esclarecer si Toño Sanchís actuó con dolo para enriquecerse a costa de quien fue su mayor estrella y amiga. La sentencia final no solo tendrá consecuencias económicas y penales, sino que pondrá el punto final a una de las traiciones más sonadas de la crónica social española.
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