Abro hilo
Falta entusiasmo en la izquierda por el alto el fuego en Gaza
El incierto plan de paz para Oriente Medio, las amenazas de Trump contra España y el Nobel de Literatura protagonizan la semana en las redes sociales

Imagen de Donald Trump distribuida por la Casa Blanca con el lema 'El presidente de la paz'. / Casa Blanca

A mucha gente en Europa y el resto de Occidente le está costando entusiasmarse con el alto el fuego en Gaza porque trae adosada una pregunta terrible: ¿y si no es tan delirante que Donald Trump gane algún día el Nobel de la paz? Hubo mofas cuando el presidente de EEUU, a quien la izquierda mundial tiene por poco menos que un analfabeto y un psicópata, dijo en la ONU que merecía ese premio. Pero ahora, con el plan de paz que lleva su sello aceptado en primera instancia tanto por Israel como por Hamás, muchas sonrisas desdeñosas se han quedado heladas. De momento lo ha ganado María Corina Machado, que para esa gente viene a ser casi lo mismo.
Cuesta entender que un acuerdo que, sea cual sea su capacidad de perdurar, ha sido celebrado en las calles de Gaza por los que han vivido en el infierno sea visto con tanto resquemor por los que dicen estar en su mismo bando, desde la distancia. Están tan interiorizados los bloques ideológicos que cuando un miembro del bando contrario hace algo que festejan los del bando propio la primera reacción es la suspicacia. Y no digamos ya si ese miembro es, según algunos, el líder de los garrulos del mundo.
Lo que no cuesta tanto de entender es la reacción de los partidarios de Trump, y de la derecha en general, en las redes sociales. Hay mucho pecho henchido por el logro en Gaza, pero todavía hay más recochineo contra la izquierda; es evidente que esas personas también viven colonizadas por la teoría de los bandos. Para ellos, la incipiente paz en Oriente Medio parece lo de menos, porque lo principal es subrayar lo mal que lo están pasando los zurdos. Un presentador de la GB News, una especie de FOX británica, escribió en X, tras llamar "presidente de la paz" a Trump: "Felicitaciones al presidente Trump por lograr un histórico acuerdo de paz entre Israel y Gaza que ningún otro presidente ha podido lograr en décadas. Los izquierdistas, sin duda, encontrarán una manera de indignarse, pero nadie serio los escucha".

Desplazados palestinos celebran el alto el fuego, el pasado jueves. / HAITHAM IMAD / EFE
Con Donald Trump convertido en el campeón de la paz mundial, al menos por el momento, no es extraño que los que no le tienen una aversión insalvable quieran aparecer ahora como sus mejores amigos. Pasa en todas partes, y pasa también en España. Y resulta que el presidente de Estados Unidos se pronunció el pasado jueves sobre España, sobre su presunta falta de compromiso con el gasto militar, y no en términos elogiosos precisamente. "Les pedí que pagaran el 5% y no el 2%. Mucha gente pensó que eso no iba a pasar, pero sucedió prácticamente por unanimidad. Tuvimos un rezagado, que es España. España. Y además les va bien, no tienen excusa para no hacerlo. Pero no pasa nada. Quizás deberíais expulsarlos de la OTAN, francamente", dijo Trump.
La derecha política española corrió a aclararle en las redes sociales que en realidad el malo es Pedro Sánchez, que España podría ser un país tan comprometido con el dispendio castrense como cualquier otro si no tuviera al frente a un presidente que, en fin, es según ellos lo peor de lo peor. Tanto Alberto Núñez Feijóo como Santiago Abascal quisieron salir al paso de las amenazas de Trump para señalarle al verdadero culpable. "El problema no es España. España es un socio creíble, orgulloso y comprometido con la OTAN. Y lo seguiremos siendo. El problema es Sánchez. Él no es de fiar, pero eso no debe arrastrar al país. Nuestra Nación no tiene que pagar por su frivolidad e irresponsabilidad. Sabemos quiénes son nuestros aliados. España no saldrá de la OTAN. Sánchez saldrá de la Moncloa", escribió Feijóo en X. "Cada día de Sánchez en el poder destruye aún más los intereses nacionales y perjudica gravísimamente a nuestra seguridad. Sánchez es la mayor calamidad que ha tenido España en mucho tiempo", se lamentó por su parte Abascal de la reprimenda estadounidense.

El presidente del Gobierno y Secretario General del PSOE Pedro Sánchez, este jueves. / Borja Sánchez-Trillo / EFE
Pero no solo del plan de paz y de los exabruptos de Trump han vivido estos días las redes sociales. La que termina es la semana del año en la que los aficionados a la literatura se sienten como hinchas de fútbol: cruzan sus quinielas, discuten y ponderan las virtudes de sus ídolos, que en este caso no son delanteros sino escritores. La semana en la que se otorga el premio Nobel de Literatura las casas de apuestas otorgaban este año grandes posibilidades al autor húngaro László Krasznahorkai, elogiado por Susan Sontag como "el maestro contemporáneo del apocalipsis", y no se equivocaron.
Una vez conocida, el pasado jueves, la identidad del ganador, las reacciones en las redes fueron desde la sincera alegría –por ejemplo, la de sus editores en castellano y en catalán– a la erudición a veces sospechosas –esa legión de gente que ya se había leído toda la obra de Krasznahorkai, a la que el premio le parecía merecidísimo– o a la franca admisión de que el autor húngaro no había estado nunca en la mesita de noche del usuario de X en cuestión. "No he leído nada de László Krasznahorkai, Nobel de literatura 2025. Me gusta descubrir un nuevo escritor y paladear sazones narrativas desconocidas. Sigo teniendo el entusiasmo adolescente con la lectura, a pesar de que también soy un viejo lector que ama releer. A por él", reconoció por ejemplo con deportividad @OrlandoMejaRiv1.
También hubo quien abrió una cuenta falsa en X para hacerse pasar por el escritor, y que publicó un mensaje polémico: "Agradezco al primer ministro Viktor Orbán sus felicitaciones. Pero siempre me opondré a sus acciones e ideas políticas. Sigo siendo un escritor libre". Aunque engañó a algunos, el humorista italiano Tomasso Debenedetti, que hace meses ya anunció una muerte de Noam Chomsky que no se había producido, fue enseguida señalado como el suplantador.

László Krasznahorkai, Premio Nobel de Literatura 2025. / Janos Marjai - EFE
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