Abro hilo
Ilia Topuria, puñetazos y salpicaduras de sangre en horario protegido
Un polémico combate, un estudio sobre pensiones y una muerte trágica, protagonistas en las redes sociales durante la semana

Ille Topuria remata a su contrincante en Las Vegas. / UFC


Daniel G. Sastre
Daniel G. SastrePeriodista
Periodista. Profesor asociado en la UB.
En cualquier otra circunstancia, el vídeo de un joven dando a otro joven semiinconsciente puñetazos que hacen saltar sangre en todas direcciones se censuraría por brutal y poco edificante. Pero estamos hablando de Ilia Topuria, que ha salido en portada de algunos diarios y que al parecer es una nueva estrella deportiva española, así que lo que en otros casos se consideraría una salvajada inaceptable se ha convertido esta semana en una gesta atlética. A Topuria lo ha llegado a recibir en la Moncloa Pedro Sánchez, como recordaba en este diario Albert Guasch, así que es innegable que tiene un gran apoyo institucional.
Pero pasa que la imagen de Topuria rematando en el suelo a su rival no casa con los relatos asépticos de superación y de sana competencia deportiva. Esto ya no es boxeo, no hay guantes, apenas hay reglas, cuesta encontrar la nobleza que reivindican los defensores de los deportes con más contacto físico. Las artes marciales mixtas no son, desde luego, aptas para una emisión televisiva que están viendo niños. No solo por la crudeza de las imágenes, sino también porque Topuria y otros luchadores tienen mucho ascendente sobre los menores, están de moda, y no sería conveniente que los patios de los colegios se llenaran de imitaciones demasiado realistas de los combates de esa especialidad.
Lo denunciaba en un tuit el prestigioso periodista deportivo Antoni Daimiel: "He visto en un canal en abierto, a las 14.59 horas, a Topuria machacando la cara de su rival a puñetazos contra el suelo, con sangre salpicando". Acompañaba ese texto de otro, de la Ley General de la Comunicación Audiovisual, que dice: "Está prohibida la emisión de contenidos audiovisuales que puedan perjudicar seriamente el desarrollo físico, mental o moral de los menores, y en particular la de aquellos programas que incluyan escenas de pornografía, maltrato, violencia de género o violencia gratuita".

Topuria: “Si fuera por mí, el sábado que viene tendríamos la UFC en España” / EFE/ Sergio Pérez
Por si los ánimos de la chavalada no estuvieran lo suficientemente caldeados con las dificultades homéricas para acceder a una vivienda, un estudio del BBVA sobre la jubilación ha puesto esta semana a gran parte de la juventud española al borde o bien de la revolución o bien del suicidio. El banco ha publicado un documento que dice, en resumen, que los menores de 29 años tendrán que jubilarse a los 71 años si quieren mantener el nivel adquisitivo. La imagen de un señor sosteniéndose en su bastón mientras sirve hamburguesas en una cadena de comida rápida o pone ladrillos en una obra no parece de repente tan surrealista.
Al parecer, la clave de la cuestión es el retraso en la incorporación laboral de los jóvenes, y también la reforma de las pensiones. Para mayor indignación de algunos sectores, el mismo estudio incluye una tabla que explica que los españoles tienen un poder adquisitivo por debajo de la media de la Unión Europea en todos los tramos de edad excepto en uno: los mayores de 65 años.
Las redes sociales cuyos usuarios tienen una edad media más baja –es decir, que en Facebook la noticia pasó desapercibida– se indignaron e hicieron mofa a partes iguales con el estudio. "Buenos días niñas, dice el BBVA que los jóvenes de ahora, esos que no pueden comprarse un piso ni formar una familia, se jubilarán a los 71. No obstante, en este drama se omite la feliz noticia de que les han pagado unos viajes en metro. La vida es 'brilli'. Feliz lo que sea hoy", resume el sentir general en X @ofendidito__. Pero hay otros usuarios que opinan que para qué tienen que preocuparse los jóvenes de la jubilación, si seguramente ya llegarán a ella pobres como ratas. "El principal problema de los jóvenes no es cuánto cobrarán de pensión sino cómo van a vivir hasta cobrarla, al asumir cargas excesivas para pagar las actuales que reducirán su renta disponible (hasta entre 3 y 4 puntos del PIB año)", sostiene @magarciadiaz.

Dos jubilados pasean por las calles de Bilbao. / EFE
Muy de vez en cuando, la desgracia cotidiana se ceba con un famoso deportista en lugar de con una persona desconocida. Ha sucedido esta semana con el accidente mortal en una carretera de Zamora de Diogo Jota, el jugador portugués del Liverpool de 28 años, y de su hermano André Silva, también futbolista pero menos exitoso. Se da la circunstancia de que Diogo Jota había tenido un año fantástico: ganó la Premier con su equipo, la Liga de Naciones con su selección y hace dos semanas se había casado con la madre de sus tres hijos. Una tragedia, en fin, que, por el perfil público del fallecido ha inundado las redes sociales de mensajes de pésame desde que sucedió.
"Todos en la Premier League estamos conmocionados y devastados al enterarnos del trágico fallecimiento de Diogo Jota y su hermano André. Nuestro más sentido pésame a la familia de Diogo, a sus amigos, al Liverpool FC y a toda su afición en este momento desgarrador. El fútbol ha perdido a un campeón que extrañaremos por siempre. Seguiremos apoyando a nuestros amigos y compañeros del club", decía el mensaje en redes sociales de la Premier League sobre el jugador. Desde este momento, Diogo Jota entra en una lista que integran también José Antonio Reyes, Drazen Petrovic o Kobe Bryant, entre otros, de deportistas famosos a los que se recuerda por su trágica muerte en accidentes.
Una de las despedidas más emotivas la escribió en X Cristiano Ronaldo, su compañero en la selección portuguesa en la fase final de la Liga de Naciones del pasado junio, en cuyo último partido se impusieron a España. "No tiene sentido. Justo ahora estábamos juntos en la selección, y ahora te casaste. A tu familia, a tu esposa y a tus hijos, les envío mis condolencias y les deseo toda la fuerza del mundo. Sé que siempre estarán con ellos. Descansen en paz, Diogo y André. Todos los extrañaremos", se lamentó Cristiano Ronaldo.

Diogo Jota / Efe
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