Proyecto de investigación
Taller de costura de alpargatas en Toni Pons: "Es el calzado más antiguo de Europa, el primer modelo tiene 6.200 años y se halló en Granada"
La marca de calzado artesanal nacida en Girona en 1946 se ha unido al equipo de arqueólogos y científicos del Área de Prehistoria de la Universidad de Alcalá para recrear las espardeñas que ya usaban los agricultores y ganaderos del Neolítico

Así cosen las alpargatas los artesanos de Toni Pons / FERRAN NADEU / VÍDEO: F. NADEU / M. TUDELA


Laura Estirado
Laura EstiradoPeriodista
Hace dos años el equipo de Toni Pons, la marca de alpargatas y calzado artesanal fundada en un pequeño taller de Osor (La Selva, Girona) que hoy se ha convertido en una empresa con presencia internacional que exporta a más de 90 países, se topó con la noticia en la prensa anglosajona que les puso los ojos como platos. "Siempre pensamos que el calzado que hacíamos, las alpargatas o espardeñas, eran muy antiguos. Los que llevaba tradicionalmente la gente de campo, o el típico de los trajes tradicionales de todas partes. Pensábamos que su origen se remontaría al 1300, cuando aparece por primera vez su nombre escrito, pero descubrimos que en realidad los hombres ya las usaban mucho antes", relata Claudia Bermejo, responsable de comunicación de la firma, que este miércoles ha presentado en su 'flagship store' de Barcelona, en el Born, la reproducción de la alpargata más antigua hallada en Europa.
El estudio liderado por investigadores de la Universidad Autònoma de Barcelona (UAB) y la Universidad de Alcalá (UAH) lo publicó entonces la revista 'Science Advances'. "Desde que lo supimos quisimos tener una colaboración, ya que para nosotros es muy importante lo artesanal y conservar las técnicas tradicionales, que se están perdiendo, porque hay pocos jóvenes que quieran aprender el oficio", cuenta Bermejo, que ha venido acompañada a la cita con Miquel Quer, maestro zapatero, que ha impartido un taller de costura de alpargatas, tal como se cosen, a mano, las espardeñas y cuñas de la firma. Este tipo de calzado es el buque insignia de Toni Pons, y representa más del 70% de su producción. "Aunque también tenemos otro tipo de calzado, como botas, para el invierno, pero por lo que más se nos conoce es por las alpargatas", señala Bermejo.

Miquel Quer, mostrando cómo se cose una alpargata, en un taller en la tienda de Toni Pons, en el Born de Barcelona. / FERRAN NADEU
El primer calzado
Por otra parte, este es el primer zapato encontrado en Europa, con varios miles de años de historia.
Más de 6.200 años atrás, en la Cueva de los Murciélagos de Albuñol (Granada), unos agricultores y ganaderos del Neolítico trenzaban esparto para fabricar las primeras sandalias conocidas en Europa. Este descubrimiento -considerado uno de los hallazgos arqueológicos más relevantes del calzado prehistórico- marca el origen de lo que hoy conocemos como alpargata.
Se trata de uno de los enclaves arqueológicos más importantes del Neolítico en la península Ibérica por lo bien que se han conservado en su interior los restos orgánicos, ya que dentro carece de humedad.
Situada en un lugar escarpado y de difícil acceso, fue descubierta en 1831 por Juan Martín, propietario de unas tierras, que se fijó que dentro había gran abundancia de excrementos de murciélago (de ahí su nombre).
Con los años, descubrieron una veta de galena y una compañía minera explotó el yacimiento. Durante aquellos trabajos aparecieron los cuerpos parcialmente momificados de 68 individuos, y, junto a ellos, punzones de hueso, puntas de flecha, herramientas de piedra y restos de cestos y veintena de sandalias de esparto.
Casi todo el tesoro de la cueva se perdió, pues sirvió de combustible para una caldera y hasta se lo repartieron los lugareños. Pero hace dos años, gracias a un estudio multidisciplinar de aquellos materiales -en el marco del proyecto MUTERMUR de la Universidad de Alcalá-, se pudo determinar que los cestos y las alpargatas son las más antiguas del sur de Europa. Las primeras comunidades de agricultores del Neolítico no iban descalzas.

Reproducción de la alpargata más antigua (de esparto) hallada en Europa, en la Cueva de los Murciélagos de Granada. / FERRAN NADEU
Yute versus esparto
"La diferencia más clara es la suela, que la hacían con esparto, un material muy duro y difícil de trabajar. Muy áspero en comparación al yute que usamos ahora, mucho más manejable", nos descubre Miquel, experto en coser muchas alpargatas a diario para Toni Pons. "Suelo tardar unos 25 minutos por cada par", aclara el experto, mientras hunde la larga aguja en la suela del modelo clásico que está cosiendo durante el taller.
"Con el pulgar de una mano se sujeta fuerte el hilo y con la otra mano, ayudándonos de una placa de metal en el interior de la mano, para hacer fuerza con la aguja sin atravesarnos la carne, se empuja el hierro hasta unir el cáñamo y la lona, logrando un pespunte regular que rodea toda la suela", resume Quer.
La suela de las alpargatas de hoy en día no dista mucho de la que hallaron en la Cueva de los Murciélagos. "Alrededor de una tira central de esparto se va rodeando con más vueltas de este material, y se va uniendo con la parte de arriba y de abajo", describe el zapatero. En la parte de atrás, unas tiras trenzadas servían para sujetar el salón, y lo mismo, por delante, por donde los dedos quedaban expuestos y al aire, fuera de la planta del calzado.
"Hoy tenemos hormas con los diferentes tamaños y números para cortar las telas y pieles que encierran el pie en la alpargata", apunta el maestro.

Interior de la tienda de Toni Pons, en el Passeig del Born, 7, de Barcelona. / FERRAN NADEU
Exposición en tiendas
La tienda insignia Toni Pons junto a la basílica de Santa Maria del Mar abrió hace dos años. Es una de las 52 que la marca tiene diseminadas por todo el mundo (22 en España, 3 en la capital catalana, 1 en Girona, 1 en Platja d'Aro y 1 en La Jonquera). Tanto esta tienda como sus 'hermanas' este verano contarán con una reproducción de la primera alpargata más antigua hallada en Europa. Todas cosidas por Miquel Quer, que confiesa que le duelen las manos al coser estas réplicas, y debe tomarse un descanso entre una pieza y otra.
Investigació conjunta
Esta iniciativa de Toni Pons cuenta con la participación de investigadores de prestigiosas instituciones como la UAH, la UAB y el Museo Arqueológico Nacional, quienes han validado científicamente la reproducción de estas piezas milenarias. Una forma única de acercar el legado del Neolítico al público actual, conectando pasado y presente a través del diseño, la historia y la artesanía.
"Este proyecto es un puente entre el pasado y el presente. Es nuestra manera de rendir homenaje a la alpargata y a la artesanía como legado cultural que trasciende generaciones", explican desde Toni Pons.
Más que moda: patrimonio cultural
Esta colaboración refuerza la misión de Toni Pons de preservar y promocionar la alpargata como un símbolo de identidad cultural, un producto con profundas raíces mediterráneas y proyección internacional. Un calzado con denominación de origen.
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