Tailandia

Caso Frank Cuesta: quién es Chi, la persona que ha filtrado los audios

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Frank Cuesta recibe el alta hospitalaria tras la salpicadura de una cobra en Tailandia

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Alexandra Costa

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La reciente polémica que envuelve a Frank Cuesta, inmerso en un proceso judicial en Tailandia por posesión ilegal de animales, ha puesto en el centro de atención a una figura hasta ahora menos visible pero fundamental en el desarrollo de los acontecimientos: Chi. Este creador de contenido, conocido en redes sociales como @chi.wildlife, ha sido la persona responsable de filtrar los controvertidos audios en los que Cuesta admitía acciones cuestionables relacionadas con animales, desencadenando una crisis de imagen para el popular activista. La historia de Chi y su relación con Frank Cuesta es compleja, marcada por una década de colaboración estrecha que, tras la detención de Cuesta, derivó en una denuncia por parte de Chi y la posterior exposición pública de material comprometedor, todo ello bajo la presión de los seguidores de Cuesta.

Un vínculo de confianza y una identidad oculta

Chi no es un personaje reciente en el entorno de Frank Cuesta; el texto revela que su colaboración se extendió durante más de una década, trabajando "codo a codo". Este largo periodo de trabajo conjunto forjó un vínculo de profunda confianza entre ambos. Tal era la cercanía y la estima que Cuesta sentía por Chi que, según sus propias palabras posteriores, llegó a considerarlo su "único amigo y confidente". La proyección de esta confianza incluso alcanzó el futuro, ya que Cuesta contempló la posibilidad de confiarle a Chi la gestión del santuario que dirige. A pesar de esta relación tan íntima y profesional, Chi ha mantenido deliberadamente su identidad en un plano discreto. Aunque ha aparecido en numerosos videos junto a Cuesta, su rasgo distintivo ha sido siempre mantener su rostro oculto. Su propósito al hacerlo, según la información disponible, es "preservar su identidad". En su perfil de Instagram, donde ha logrado acumular más de 20.000 seguidores bajo el nombre de usuario @chi.wildlife, se describe a sí mismo como un "Enmascarado que ama los animales y la naturaleza", una definición que encapsula su pasión y su decisión de operar desde un cierto anonimato visual, a pesar de su participación activa y prolongada en el proyecto de Cuesta.

El detonante de la fuga: detención, denuncia y "hate"

El punto de inflexión en la relación entre Chi y Frank Cuesta, y el catalizador directo de la filtración de audios, se produjo tras la detención de Cuesta en Tailandia por posesión ilegal de animales y su posterior puesta en libertad. Fue en este contexto legal y personal delicado para Cuesta cuando Chi, quien hasta entonces había sido su colaborador más cercano, tomó una acción determinante: lo denunció. Acompañando esta denuncia, Chi le dirigió a Cuesta una recomendación explícita: que contara la verdad sobre lo que, según él, se escondía detrás del negocio de Cuesta. Esta denuncia y la sugerencia de sinceridad, provenientes de alguien tan cercano, generaron una reacción inmediata y virulenta por parte de los seguidores leales de Frank Cuesta. Chi se convirtió en blanco de un "aluvión de críticas" y lo que Cuesta describe como "hate", siendo acusado de "ensuciar" la labor que, a ojos de los seguidores, realizaba Cuesta. El texto proporcionado es inequívoco al señalar que fue precisamente a raíz de este intenso escrutinio negativo y estas críticas recibidas por parte de la base de seguidores de Cuesta que Chi decidió dar el paso de filtrar los polémicos audios. Su acción parece haber sido una respuesta directa a la defensa a ultranza de Cuesta por parte de sus fans y al ataque personal dirigido hacia él.

Las consecuencias y las explicaciones posteriores de Cuesta

La filtración de los audios tuvo un impacto significativo, dañando la imagen pública de Frank Cuesta y llevando el conflicto con Chi a una esfera pública aún mayor. Ante esta situación, Frank Cuesta ha emitido disculpas públicas dirigidas a Chi, reconociendo y asumiendo "completamente la responsabilidad del 'hate' que le cayó tras [su] detención". En sus declaraciones, Cuesta ha intentado ofrecer una perspectiva sobre lo sucedido, haciendo un ejercicio de autocrítica al admitir que ha sido un "personaje" y que la situación "poco a poco se me ha ido yendo de las manos por un grave problema de mitomanía y ego".

Respecto a la relación con Chi, Cuesta ha revelado que en un momento dado habló mal de él. La razón que aduce para este comportamiento es el temor a que el proyecto propio que Chi pudiera tener en el futuro representara una "competencia" para su propio negocio, motivado por "celos". A pesar del conflicto, Cuesta expresa buenos deseos para el futuro proyecto de Chi "si algún día lo pone en marcha".

Además, Cuesta ha aprovechado la ocasión para desmentir categóricamente uno de los rumores que surgieron en torno a Chi, relacionado con la gestión económica. Aclara que las especulaciones sobre que Chi manejaba el dinero del Santuario son "falsas" y subraya que en todo momento fue él mismo quien tuvo el control y conocimiento de los ingresos, siendo además su idea original que las transacciones se realizaran a través de una cuenta separada. Estas explicaciones posteriores de Cuesta arrojan luz sobre la profundidad de la relación previa, los motivos del distanciamiento y la complejidad de la situación desencadenada por la detención y las subsiguientes acciones de Chi. Chi, la figura enmascarada que fue amigo y confidente, se convirtió así en el divulgador clave de una controversia que ha sacudido los cimientos de la percepción pública de Frank Cuesta, actuando impulsado, según se extrae del texto, por la hostilidad que recibió tras intentar que su excolaborador confesara su verdad.