LeBron James y el precio de la grandeza: Así lucen sus pies tras 22 años en la NBA

La carrera de LeBron James es legendaria, eso no hay quien lo niegue, a pocos días de finalizar su 22ª temporada regular en la NBA. En todos estos años, el 'Rey' ha conseguido ganar el campeonato en cuatro ocasiones y se ha llevado el trofeo al MVP de la temporada regular también cuatro veces. Además, hay que sumarle una larga lista de récords que seguramente siga ampliando hasta que decida poner punto y final a su andadura en la mejor liga de baloncesto del mundo.

Entre ellos, destaca haberse convertido en el jugador con más puntos en la fase regular de liga después de superar la icónica cifra de 38.387 (ya lleva más de 42.000) que dejó para la historia uno de los referentes dentro y fuera de la pista, Kareem Abdul-Jabbar, en 1989.

James tiene 40 años y es el jugador con más edad de la liga en la actualidad, además de ser el que más en forma ha llegado, de lejos. Los datos son todavía más escandalosos al compararlos con otros jugadores que se mantuvieron en el máximo nivel con la misma edad.

A lo largo de la historia ha habido 32 jugadores capaces de sostenerse en la NBA con los mismos años, pero nadie con su estadística: 24,6 puntos, 7,9 rebotes y 8,2 asistencias en 35,1 minutos de juego, números muy similares a los que consiguió en sus temporadas como MVP.

Sin embargo, todo tiene un precio. Aunque LeBron a estas alturas parezca un ser inmortal más propio de la mitología que un jugador de baloncesto al uso, el paso de los años y la exigencia de luchar siempre por estar entre los mejores se refleja en sus pies.

En el pasado ya se habían visto imágenes de los pies del 'Rey' mostrando una fisionomía extraña, luciendo diferente a los de la mayoría de seres humanos regulares. Sin embargo, en el último partido de los Lakers en casa de los Mavericks se pudo ver el estado actual, con un dedo gordo que se sitúa por debajo de la segunda falange en una posición totalmente anormal en un pie sano corriente.

La explicación se encuentra en la exigencia del deporte de alto nivel prolongada en el tiempo, con cambios de ritmo, saltos y demás estrés físico. A todo ello hay que sumarle su peso, 113 kilos, algo normal en una persona de 2,03 metros de altura, pero que tiene un impacto evidente.

También hay que tener en cuenta que al tratarse de una superestrella, los descansos no han sido algo habitual en su carrera, incluso con lesiones o situaciones que pedían de una menor carga para su cuerpo, algo que le ha permitido superar los 1.800 partidos, y contando, siendo también el líder histórico en esta estadística.