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La fama, ¿premio o castigo?

Exclusiva Mamarazzis: Risto Mejide, ilusionado con una joven periodista

La periodista Sara Carbonero posa a su llegada al photocall de la cuarta edición de "Elle for Hope", la gala benéfica de ELLE en apoyo a la lucha contra el cáncer.

La periodista Sara Carbonero posa a su llegada al photocall de la cuarta edición de "Elle for Hope", la gala benéfica de ELLE en apoyo a la lucha contra el cáncer. / EFE/ Juanjo Martin

Lorena Vázquez

Lorena Vázquez

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Sara Carbonero, Leire Martínez, Amaia Montero y Mónica Naranjo son, sin duda alguna, las protagonistas de la actualidad rosa esta semana. Todas ellas tienen algo en común: desearían no serlo.

La revista 'ELLE' celebró el pasado miércoles la cuarta edición de su gala benéfica en apoyo a la lucha contra el cáncer. La protagonista indiscutible de la noche fue Sara Carbonero, quién recogió el premio a la valentía y, haciendo gala del galardón recibido, dio un paso al frente y habló en público por primera vez sobre su enfermedad. La periodista nos ha regalado a todos un discurso inspirador y muy emotivo que provocó que rompiera a llorar en varias ocasiones, mientras relataba su experiencia desde la sinceridad más cruda y generosa.

Sara finalizó el discurso recordando que los pacientes oncológicos necesitan para su recuperación “calma, parando el ritmo frenético de vida que nos empuja”, añadiendo que “me encantaría que llegase el día en el que no tenga que mirar por el retrovisor porque vienen tres o cuatro coches detrás. Es difícil encontrar la paz así”. Un bofetón en toda la cara a todos aquellos fotógrafos, reporteros asfálticos y a la industria rosa en general. La reflexión es obligada y las Mamarazzis, por la parte que nos toca, como integrantes del universo del colorín, entonamos el 'mea culpa', encomendándonos a quién sea necesario para que nos perdonen. Los límites de la intimidad de una persona conocida, de un famoso al uso, a veces se desdibujan y se confunden con los del derecho a la información de los periodistas.

Queremos creer que la petición y el deseo de Sara no caerán en saco roto. El sufrimiento de una persona enferma no debería convertirse en objetivo ni noticia. Pero los caminos de la fama son inescrutables y lo que un día fue premio, al siguiente puede ser castigo.

‘Fama’, curiosamente, es el nombre escogido por otra de nuestras protagonistas para su último trabajo musical. Mónica Naranjo, también personaje de la semana, no ha logrado escapar de aparecer en numerosos titulares y no por su profesión. La cantante es noticia por su reciente, y secreta, boda con el 'coach' y escritor Laín García Calvo, y por los insistentes rumores que su relación con este polémico mentor catalán la está aislando de su entorno. Ambos están perplejos ante tanta rumorología y, pese a negarse a dar más explicaciones para proteger su intimidad, su entorno más próximo asegura que “son muy felices”.

Las que distan de ser felices, a juzgar por su situación y sus últimas declaraciones, son Leire Martínez y Amaia Montero, ambas exvocalistas de La Oreja de Van Gogh. No pueden estarlo. La salida de Leire del grupo se ha convertido en un soberano culebrón. La polémica generada se ha disparado en todas direcciones y algunos medios, en vez de promover la sororidad y contribuir a poner el foco donde corresponde, las están enfrentando, buscando crear dos equipos rivales para llevarlas al barro.

¡Ay, la fama! La fama no es de usar y tirar. La notoriedad que tanto ansían nuestros famosos, cuando necesitan publicidad para sus presentaciones, conciertos o proyectos y los focos para sus negocios, es un premio cuando pueden disfrutar de sus privilegios, pero un auténtico castigo cuando tienen que “pagar” los peajes de las prebendas recibidas. Vayamos al rincón de pensar: La fama, ¿premio o castigo?