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Azzedine Alaïa, el último modisto que aún cosía sus vestidos

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Hablamos con Olivier Niklaus y Farida Khelfa, el director y una de las modelos protagonistas del filme sobre la vida del gran diseñador de alta costura franco-tunecino. El festival Moritz Feed Dog abre fuego el miércoles con este 'outsider' de la industria que reinó en la era de las 'top models' con su ropa sexi y empoderadora

Azzedine Alaïa, en una imagen del documental sobre su figura de Olivier Nicklaus.

Azzedine Alaïa, en una imagen del documental sobre su figura de Olivier Nicklaus. / FUNDACIÓN AZZEDINE ALAÏA / MORITZ FEED DOG

Laura Estirado

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Una placa en el 18 de Rue de la Verrière de París recuerda que allí era donde Azzedine Alaïa tenía su taller, tienda, habitaciones de invitados y su casa. Hoy alberga su fundación, pues en 2017 una caída dejó al 'modista que esculpió a las mujeres' en un coma irreversible. Su 'maison' continúa en pie, vistiendo a clientas como Rihanna, que lució uno de sus 'looks' de transparencias y cuero negro en la alfombra roja de los Oscar. Y su legado sigue también muy vivo gracias a trabajos como el filme 'Azzedine Alaïa: The Couturier Who Shaped Women' (2022), un homenaje del director Olivier Nicklaus al modisto francotunecino que reinventó la silueta femenina y reinó en la era de las 'tops' en los 80 y 90 con su ropa sexi y empoderadora. Fue por libre, sin publicitar su marca ni someterse a la esclavitud del calendario oficial de desfiles de la industria.

Con esta cinta quedará inaugurada, el próximo miércoles, la séptima edición del Moritz Feed Festival (MFD), el festival de cine documental de moda de Barcelona. Antes de su estreno, hablamos con el cineasta y una de las protagonistas de la película, Farida Khelfa, la maniquí, musa y amiga del genio que tenía entre sus fanáticas mujeres tan dispares como Greta Garbo, Grace Jones, Tina Turner, Lady Gaga, Madonna, Kim Kardashian o Michelle Obama.

"Es la epopeya de un niño pobre, pequeño y homosexual nacido en el campo de Túnez que llegó a ser uno de los modistos más respetados de París, y que vistió a las celebridades del momento"
Olivier Klaus

Aunque el sector "conoce perfectamente la importancia del trabajo de Azzedine Alaïa en la historia de la moda, tal vez no sea tan obvio para el público en general", observa Nicklaus sobre la oportunidad de su película. Admite que gran "parte de responsabilidad la tuvo el propio modisto, que siempre se alejaba de las cámaras". Pero precisamente esa "discreción" fue clave para iniciar su trabajo de documentación para el filme, cuyo mensaje final podría resumirse también como "la epopeya de un niño pobre, pequeño y homosexual nacido en el campo de Túnez que llegó a ser uno de los modistos más respetados de París, y que vistió a las celebridades del momento". "Su vida demuestra que puedes nacer muy lejos de la industria y aun así encontrar un camino por ti mismo", resume.

Azzedine Alaïa: The Couturier Who Shaped Women'

Iconos de la cultura magrebí

En los 80, cuando la ex 'top' Farida Khelfa, nacida en Lyon pero de padres argelinos, se convirtió en la musa de Alaïa, ambos se convirtieron en el símbolo del triunfo de la cultura magrebí para la juventud en Francia. "Aún me sorprendo cuando escucho a los chicos llamarme por mi nombre durante la Semana de la moda en París. ¡Con 20 años y saben mi nombre! Todo se lo debo a Azzedine", confiesa la también actriz.

"Aún me sorprendo cuando escucho a chicos de 20 años llamarme por mi nombre durante la Semana de la moda en París. Todo se lo debo a Azzedine"
Farida Khelfa

Nicklaus, que ya habló del trabajo de Azzedine en su trilogía 'Fashion Pack' (2012), y cuyo segundo episodio, 'Antifashion', y tercero, 'Go global', también se proyectarán en el MFD, cuenta que en vida persiguió al 'couturier' en varias ocasiones para hacer un documental sobre él. "Da la casualidad de que yo vivía a dos manzanas de su sede en París, así que me lo encontraba con frecuencia en una tienda de comestibles que a los dos nos gustaba, en la 'rue' Rambuteau. Cada vez, le decía que iba a hacer una película, y cada vez, me decía que 'no'", recuerda. Así, que tras su muerte, ya en 2020, habló con su fundación, que le ayudó en su proyecto: "Me proporcionaron archivos, vídeos de los 'shows', de momentos privados, fotos...".

Lagerfeld, vaya "enemigo"

El mundo de la moda ha cambiado mucho; ya lo había hecho cuando aún vivía Azzedine. "Hoy, los diseñadores son directores artísticos, cubriendo cada aspecto de una marca en sus 360º grados. Es el modelo inventado por Karl Lagerfeld, ¡uno de los enemigos más conocidos de Azzedine! Es decir, ahora los diseñadores piensan más en la identidad de marca que en cortar y coser los vestidos ellos mismos. No veo ningún equivalente en los grandes nombres de la industria de hoy", opina el director, que compara la forma de trabajar de Alaïa con la de Balenciaga. De hecho, "Azzedine tenía una enorme colección de 20.000 piezas de sus predecesores en el arte de hacer vestidos, de Poiret a Balenciaga, de Madame Grès a un guante que perteneció a Michael Jackson". Este aspecto, el de la admiración y el coleccionismo, será la trama de un próximo documental de Nicklaus, que confirma el "enorme respeto" que sentía por el 'maestro' de Getaria: "Después de comprar sus vestidos, los descosía para tratar de entender su arquitectura".

"Ahora los diseñadores piensan más en la identidad de marca que en cortar y coser los vestidos ellos mismos. No veo ningún equivalente en los grandes nombres de la industria de hoy"
Olivier Nicklaus

A otros grandes, como Dior, les dio plantón Alaïa, cuyo apellido, por cierto, tenía orígenes españoles, en el Alaya. Tal como recoge el documental, el joven recién llegado a París en 1956, trabajó una semana en sus talleres, hasta que "le echaron cuando los acontecimientos de Argelia y por no tener los papeles en regla". La 'justicia divina' llegó décadas después. En 2011 la 'maison' le llamó tras despedir a su entonces director creativo, John Galliano, por proferir insultos antisemitas contra una pareja en un bar de París. "Ya era tarde, en ese momento, Azzedine tenía su propia firma, a la que le iba muy bien y, sobre todo, disfrutaba de la libertad de ir a su propio ritmo", dice Nicklaus, que opina que "esa manera de no doblegarse al sistema es hoy algo que conecta mucho con la generación más joven".

'Escultor' del cuerpo femenino

Otro de sus mayores logros fue que supo sublimar el cuerpo femenino, señala Farida. Quizá porque se crío con su madre, su hermana gemela y sus tías, quizá porque estudió escultura en Bellas Artes, "supo entender el espíritu de las mujeres mejor que nadie, y veía virtudes donde nosotras solo veíamos defectos", cuenta la modelo. Lo hizo con sus primeras clientas, de la alta sociedad de la capital del Sena, y lo logró luego con toda pléyade de 'tops models', a las que no solo se le atribuye su creación como concepto sino que también llegó a acoger en su propia casa. Desde Elle MacPherson, Linda Evangelista o Cindy Crawford, hasta Naomi Campbell.

"Sentía un norme respeto por Balenciaga; después de comprar una colección de sus vestidos, los descosía para tratar de entender su arquitectura"
Olivier Nicklaus

Esta última, cuenta Nicklaus, "llegó a París con 15 años para desfilar para Azzedine. Pero perdió sus maletas y papeles en el viaje. Él llamó a su madre para asegurarle que cuidaría de Naomi. Por eso, desde entonces, ella le llamaba 'Papá'. Cuando ella salía de fiesta por la noche, él siempre se preocupaba de que volviera a dormir lo suficientemente temprano como para que rindiera en el 'show' del día siguiente".

"Las modelos como Naomi se quedaban a dormir en casa de Azzedine en lugar de ir a un hotel anónimo. Les dio ese tipo de ambiente familiar que no pudieron encontrar en otras casas de moda. ¡Él les daba ropa [vestidos de cuero, cazadoras con cremalleras, leggis y faldas ajustadas...] que las hacía absolutamente hermosas y poderosas! Lo gracioso es que con toda esa relación amistosa, les pagaba mucho menos que, digamos, Versace, otro de los grandes famoso por usar 'top models' en sus desfiles", destaca entre risas el cineasta.

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