Dos matrimonios fallidos

La agitada vida amorosa de Vargas Llosa

Sin duda, lo que tienen en común Isabel Preysler y Mario Vargas Llosa es un amplío historial amoroso. El 1955, el escritor se casó con su tía política y casi una década después la dejó por la hermana de su mujer, quien era realidad su prima política

El escritor Mario Vargas Llosa y su mujer, Patricia Llosa, durante su visita al tanatorio San Isidro de Madrid donde se encontraba instalada la capilla ardiente del exministro Miguel Boyer

El escritor Mario Vargas Llosa y su mujer, Patricia Llosa, durante su visita al tanatorio San Isidro de Madrid donde se encontraba instalada la capilla ardiente del exministro Miguel Boyer / EFE/JuanJo Martin MIGUEL

Mireya Roca

Mireya Roca

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A sus 86 años Mario Vargas Llosa está en plena actualidad por su ruptura con Isabel Preysler, pero antes del mediático romance con la reina del papel ‘couché’, el autor de ‘Los cachorros’ vivió sonados y hasta prohibidos amores.

Con apenas 19 años, un joven y apuesto Vargas Llosa se casó, siendo menor de edad, -la mayoría de edad en Perú se alcanza a los 21- con su tía política Julia Urquidi, de 30.

Él aspiraba a ser escritor, y ella, de origen boliviano, acababa de divorciarse. Era hermana de Olga, casada con Luis Llosa, hermano de Dora, la madre de Mario.

Y aunque después de muchas discusiones la pareja fue finalmente aceptada por la familia, los primeros años funcionó bien entre ello. Fueron los continuos flirteos de él con otras mujeres y los celos de Julia los que destruyeron el matrimonio, que se acabó cuando el escritor se enamoró perdidamente de su prima Patricia, hija de sus tíos Lucho y Olga, hermana de Julia, su exmujer.

Aquella tormentosa relación fue contada en 1977 por Vargas Llosa en ‘La tía Julia y el escribidor’, que narra un romance inmoral y que provocó una catástrofe familiar.

En el libro, de tintes eróticos, aborda la terrible relación que tenía Mario con su padre, un hombre violento e intransigente, que lo maltrataba porque no aprobaba su vocación literaria.

Vargas Llosa decidió compensar a Julia con los derechos de su primera novela, ‘La ciudad y los perros’. Pero cuando ella publicó 'Lo que Varguitas no dijo’ (1983), un retrato de un matrimonio destruido por las infidelidades y los engaños, se los retiró.

En 1964, ya como escritor en París, abandonó a Julia por su prima Patricia Llosa, con la que se casaría al año siguiente, cuando él tenía 29 años y ella 19.

El inicio de su matrimonio con Patricia fue polémico, pero su relación se afianzó con el tiempo y fueron padres de tres hijos: Álvaro, Gonzalo y Morgana.

Patricia se convirtió no solo en su mujer y madre de sus hijos, sino también en su secretaria y hasta en su representante. Agradecido por toda su labor, le rindió un sentido homenaje en su discurso de aceptación del Premio Nobel en Estocolmo en 2010.

"Ella lo hace todo y todo lo hace bien. Resuelve los problemas, administra la economía, pone orden en el caos, mantiene a raya a los periodistas y a los intrusos, defiende mi tiempo, decide las citas y los viajes, hace y deshace las maletas, y es tan generosa que hasta cuando cree que me riñe me hace el mejor de los elogios: 'Mario, para lo único que sirves es para escribir"'.

Con ella, celebró por todo lo alto las bodas de oro, en Nueva York, rodeados de sus hijos y nietos. Unas imágenes que pasaron desapercibidas hasta que se conoció el 'affaire', que al parecer ya existía, entre Vargas Llosa e Isabel Preysler.

Tras semanas de rumores, salieron a la luz las primeras imágenes de la pareja en junio de 2015, lo que cambió radicalmente la vida de Patricia. Pues se había enterado por la prensa del romance de su todavía marido.

Vargas Llosa le pidió el divorcio en noviembre de 2015. Entonces los hijos del Premio Nobel, no dudaron en ignorar a la nueva pareja de su padre. "Yo temía que esto tendría unas consecuencias nefastas para mi madre. Sobre todo porque desde los 18 años ella había dedicado enteramente su vida a mi padre”, dijo Gonzalo Vargas Llosa, el menor de los hijos, para una entrevista en 'Vanity Fair'.

Mientras que un mes después de solicitar el divorcio, Vargas Llosa afirmó a la revista ‘¡Hola!’: "Este ha sido el año más feliz de mi vida". Y unos días después, en un encuentro con periodistas, explicó: "Despierto curiosidad en cierta prensa desde hace algún tiempo por la mujer de la que estoy enamorado. Si ese es el precio que tengo que pagar por estar con la mujer de la que estoy enamorado, lo pago. Con resignación, no con entusiasmo", concluye.