Hasta el 19 de febrero

La tienda Santa Eulalia rescata la edad de oro de la alta costura en el Palau Robert

La tienda Santa Eulalia cumple 180 años y lleva su moda a una muestra en el Palau Robert

El emblemático comercio de Barcelona, hoy uno de los multimarca de lujo referentes en todo el mundo, exhibe 40 vestidos de noche, boda, puesta de largo y cóctel y otros 20 sombreros, salidos de sus talleres entre los años 30 y 90

Santa Eulalia. 180 años de moda

Santa Eulalia. 180 años de moda / MANU MITRU

Laura Estirado

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"No habrá hoy en el mundo más de 300 mujeres que vistan siempre de alta costura, pero hubo un tiempo en que esto no fue así. Las damas de Barcelona [de toda Catalunya, del resto de España, y hasta de París] venían a Santa Eulalia a encargar sus vestidos que llevaban en fiestas, bailes, puestas de largo, estrenos en el Liceo, para los festivales Wagnerianos de los 50, o para los grandes acontecimientos de la ciudad". Con estas palabras, Luis Sans, presidente y propietario del emblemático comercio multimarca de lujo de paseo de Gràcia, 93, ha desempolvado sus recuerdos -y los de cuatro generaciones de su familia, así como de otras tres de los Taberner, quienes abrieron la primera versión de esta tienda especializada en tejidos en la calle Boqueria, en 1843- para dar la bienvenida a la exposición 'Santa Eulalia, 180 años de moda', que hasta el 19 de febrero (ha prorrogado) invita a soñar en el Palau Robert.

"Es una bombonera", comenta sobre la muestra, repartida en tres pequeñas salas, el empresario a los mandos de la considerada como una de las mejores tiendas del mundo, que resiste en la arteria comercial 'top' de Barcelona entre grandes grupos multinacionales, y que con solo 22 años, al morir su padre, tuvo que ponerse a los mandos de un negocio que ha transformado "según nos han demandado nuestros clientes" (lo más granado del ámbito empresarial, deportivo y cultural, aunque Sans no ha querido dar nombres ni apellidos).

Con él, el negocio que hoy factura 20 millones al año, pasó de la sastrería y las colecciones propias de alta costura, a vender las propuestas de grandes diseñadores internacionales (consagrados y emergentes), y sigue siendo "de las pocas casas de nuestro país que mantiene la sastrería y camisería artesanal a medida", además de sumarse, desde 2014, a la venta 'online.

Como en 'Galerías Velvet'

"Solo Balenciaga se resistió a hacer 'prêt à porter' -recuerda Sans-. Pero nosotros lo hicimos ya en 1968. Los diseños salían de nuestros talleres, en las plantas segunda, tercera y cuarta, por encima de la planta baja, donde se vendían los tejidos, y de la primera, donde se atendía a las clientas", rememora Sans, a quien le gusta comparar aquellos recuerdos de infancia con los de la famosa serie de televisión 'Galerías Velvet', que confiesa no se perdió.

Hacía ya más de un siglo que el pujante comercio de telas había abierto la persiana, concretamente en el año 1843. La Barcelona aún amurallada se recuperaba de las bombas lanzadas por el Ejército de Espartero desde Montjuïc, en el mismo año en que Charles Dickens publicaba su famoso ‘Cuento de Navidad’ y las damas de la alta sociedad le daban un puntapié a las faldas con miriñaque.

Luis Sans, presidente de la tienda Santa Eulalia, posa junto a la colección de sombreros de alta costura de la muestra.

Luis Sans, presidente de la tienda Santa Eulalia, posa junto a la colección de sombreros de alta costura de la muestra. / MANU MITRU

1926, la revolución de los desfiles

La moda cogía carrerilla, y ahí estuvieron al quite los Taberner-Sans para insuflarle impulso. La época dorada de la alta costura de Santa Eulalia llegó a partir de 1926, cuando al abuelo de Sans se le ocurre importar los desfiles de moda de París, como una manera megamoderna de mostrar las colecciones. Era lo nunca visto, señora, y así comenzó la revolución. El prestigioso establecimiento barcelonés se subió al carro de la alta costura situándose entre los 'Cinco Grandes' de la costura española (Manuel Pertegaz, Asunción Bastida, Pedro Rodríguez y el Dique Flotante).

La muestra del Palau Robert, a pocos pasos de la tienda, es una panorámica de aquella época dorada de la alta costura, de los años 30 a los 90. Hay 40 modelos de calle, cóctel, noche, puesta de largo [véase el vestido blanco de tul de seda con cinta rosa de 1955, maravilloso] y novia [un diseño del 62 en seda y algodón con reminiscencias a Balenciaga que quita el hipo] y 20 sombreros procedentes del archivo de Santa Eulalia ("vestidos que las hijas y nietas de nuestras clientas nos han cedido", cuenta Sans), la Fundació Antoni Montpalau, el Museu del Disseny de Barcelona, el Centre de Documentació i Museu Tèxtil de Terrassa y el Museo del Traje de Madrid. Concretamente, las piezas van de 1935 (un abrigo de punto de lana negra con aplicaciones de astracán) hasta algún modelo de seda y blonda perfecto para un cóctel salido de los talleres hasta su cierre, en 1995. Patrones que salieron de un ingente "equipo creativo" capitaneado por Pere Formosa, primero, y luego por su colaborador, Joan Serra.

"En Santa Eulalia trabajaban 750 personas, entre modistas, sastres, modelos...", relata Sans. Sí, en la época las señoras acudían a los desfiles a ver la colección de invierno y de verano puesta en los cuerpos de las modelos. "Luego, teníamos una habitación llena de bustos hechos con las medidas de cada clienta, que se adaptaban según se engordaran o adelgazaran. De esta manera, sin tener que probárselo previamente el vestido siempre les quedaba bien", asegura Sans.