Estas son las exigencias de Piqué para que sus hijos se vayan a vivir a Miami con Shakira

Desde que saltara la ruptura entre Shakira y Gerard Piqué por una presunta infidelidad por parte del futbolista, el día a día de la cantante se ha convertido en un bosque de espinos: a nivel personal, sufre una onda expansiva de cuchicheos, fotos exclusivas y novias sorpresa. Además, ha rechazado la propuesta de la fiscalía e irá a juicio por fraude a Hacienda. En dos meses, la cantante solo ha tenido una alegría: la canción 'Te felicito', en la que destapa su desencuentro amoroso con el defensa del Barça, es número 1 en YouTube y en las principales plataformas musicales. Fuera de los escenarios y las pantallas, se comienzan a saber las exigencias de la 'separación del año'.

Las 'Mamarazzis' de EL PERIÓDICO revelaron el deseo de Shakira por mudarse en Miami, donde ha frenado la venta de su mansión. Las periodistas Lorena Vázquez y Laura Fa explicaron que era porque ya no tenía ningún vínculo familiar ni social en la ciudad. La cantante, en cambio, reitera a sus más allegados que el motivo es otro: el supuesto acoso que sufre por parte de la prensa.

Miami: dos condiciones

Pero una cosa es separarse y otra poner 7.500 kilómetros de por medio, y más cuando Piqué tiene contrato en vigor con el FC Barcelona. Por eso, el deportista se negó de primeras a que sus hijos Milan y Sasha, de 9 y 7 años respectivamente, se fueran a vivir a Miami con la cantante.

La ruptura sentimental más sonada del momento ha recaído en dos de los letrados matrimonialistas con más solera en Barcelona y las negociaciones para llegar a un acuerdo entre todas las partes ya están en marcha. Según informa el programa 'La mesa caliente' de Telemundo, Piqué se habría repensado que los menores se vayan a Miami.

En concreto, el futbolista estaría dispuesto a ceder en este punto, pero impondría dos condiciones innegociables: Por un lado, que Shakira le garantice cinco billetes en primera clase al año para visitarlos. Por otro, que la cantante salde una deuda pendiente de 400.000 dólares (395.000 euros). La separación suma así un nuevo capítulo y está más cerca de convertirse en un culebrón.