Relación asentada

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia ya tienen casa en Vitoria y planean un futuro laboral juntos

La pareja ha alquilado un piso en una de las urbanizaciones más selectas de Vitoria

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia.

Iñaki Urdangarin y Ainhoa Armentia. / EUROPA PRESS

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Pocos días después de que se anunciara que Iñaki Urdangarin y su todavía esposa, la infanta Cristina, iniciaban oficialmente los trámites de su divorcio; el exduque de Palma vuelve a dar que hablar tras conocerse, según apuntan varios medios, que ya ha encontrado una casa a la que mudarse junto a su actual pareja, Ainhoa Armentia

Tras haber recuperado recientemente su libertad, y habiendo cumplido dos tercios de su condena, Urdangarin opta por reordenar su vida y afianzar su relación. Según informa 'El Español', la pareja llevaba desde finales del año pasado visitando inmuebles y finalmente han encontrado uno que se ajusta a sus gustos y necesidades, en una de las urbanizaciones más selectas y tranquilas de Vitoria. 

Sin embargo, parece que la mudanza no va a efectuarse de momento, ya que ambos prefieren tomarse la situación con calma. Aunque ella ya goza de la soltería oficial tras completar el proceso de separación y poner fin a su anterior matrimonio, han tomado conjuntamente la decisión de hacer las cosas poco a poco, gradualmente. 

Lugar de encuentro esporádico

La relación ya es cosa oficial, pero los dos creen que no es el momento de dar ese gran paso. En el caso de Armentia, por sus hijos, de edades complicadas; y en el de él, principalmente por su madre, que, aunque le apoya incondicionalmente, tiene ya 86 años y existe una preocupación lógica. Por eso, el piso es de momento un lugar de encuentro, en el que pasan tiempo juntos siempre que pueden. 

Aun así, su vida como pareja continúa afianzándose, pues parece que planean también un futuro laboral juntos. Urdangarin abandonó el bufete en el que trabajaba, y donde conoció a Armentia, para adentrarse en el mundo del 'coaching' deportivo. Todo indica que ahora ella podría hacer lo mismo y unirse al proyecto de su novio como socia. 

Un paso más para oficializar una relación que quiere dejar atrás el revuelo que causaron las fotografías con que se destapó su romance, y conseguir instaurar la calma definitivamente en la vida de ambos.