Melendi: "Tardé mucho en darme cuenta de lo cretino que era"

Melendi también tocó fondo. De eso hace mucho tiempo y algunos ni se acordarán. Ocurrió en un vuelo Barajas-México, en 2007. El intérprete de éxitos como 'Con la luna llena' (canción oficial de la Vuelta Ciclista a España de 2004) o 'Caminando por la vida' (2005) estaba en lo más alto de la fama y tenía una lista interminable de conciertos. Pero tomaba pastillas para los nervios, llevaba semanas sin dormir y se subió a aquel avión con varias botellas. Empezó a increpar a las azafatas y el comandante tuvo que anunciar que así no podían afrontar un viaje de 12 horas y que se volvían para España. El cantante (Oviedo, 1979) fue detenido por un delito de desobediencia y puesto en libertad tras declarar en los juzgados de la plaza de Castilla. 

Con los años ha pedido disculpas en sucesivas entrevistas, donde también ha explicado que su vida "tenía que explotar por algún lado", porque le estaban pasando cosas muy bonitas pero era infeliz. ¿Hacia dónde quería ir? ¿Qué estaba haciendo mal?. Gracias al psicoanálisis empezó un proceso de cambio, "doloroso", de conocerse a sí mismo, que le ha liberado del "personaje" bala perdida de sus inicios. El nuevo tipo centrado ha estado triunfando como 'coach' en 'La Voz' (para mayores y niños) desde 2012 y en los últimos de sus 11 discos de estudio sus letras se han vuelto más maduras y trascendentales, como el zasca que le mete al postureo de las redes sociales en su reciente 'Likes y cicatrices'. 

Además, desde el 2014 le gusta acudir de incógnito (gorra visera y gafas oscuras) a las ponencias del Sergi Torres (Barcelona, 1975), escritor y conferenciante que llena teatros ayudando al prójimo a encontrar la verdad que lleva dentro. "Me atrapó muchísimos cómo explicaba sus conceptos en sus charlas, el humor con lo que lo hacía", confiesa el cantante. Y de ahí nació una amistad de la cual ahora, tras un año y medio de mensajearse durante la pandemia, ha salido este libro firmado al alimón, 'Wasaps con mi gurú' (Diana), en el que tratan, ahí es nada, de lo humano y lo divino. Como en 'Matrix', uno hace de Morfeo (Torres) y el otro, de Neo (Melendi); la pastilla azul, para seguir viviendo una vida simulada, y la roja, para vivirla plenamente y de verdad. Y todo ello mediante conversaciones espontáneas, divertidas y a veces profundas, como ocurre en nuestro Whatsapp de cada día. "A Torres la palabra 'gurú' no era la que más le gustaba, pero al final aceptó el título", asegura Melendi.

Humor y humildad

Con humor y humildad tratan temas, como la ecología y Greta Thunberg -gracias a la cual ha empezado a reciclar el artista-, la muerte, la fama o la sexualidad, que son solo una excusa para disfrutar del presente, del autoconocimiento y para ser más felices, en definitiva. "Era una idea superatractiva, poder expresar lo que llevo años expresando pero desde una perspectiva distinta, además, me fascinó el interés que tenía Melendi por descubrirse; eso a mí me fascina", recuerda Torres acerca de este proyecto.

"Me gustaría que mucha gente que me sigue y que está empezando a conocerse, a cuestionarse y a darse cuenta de que no todo lo que piensa es así -yo tardé mucho en darme cuenta lo cretino que era y de las mentiras que me contaba- conozca a Sergi, que tiene esa manera de hacerte pensar y de sacarte del contexto en el que vives", confiesa el compositor, que avanza que habrá gira de presentación del libro, con charlas y música por varios teatros.

Vida acelerada

"Vamos tan rápido que cuesta tener una conversación profunda con alguien, más allá del día a día", lamenta el cantante, que reconoce que a veces "el miedo nos hace perder la comunicación con nosotros mismos". "Cuando empecé a comunicarme conmigo mismo es cuando realmente entendí a los demás -asegura-. Y eso te hace muchísimo más feliz".

De todos los capítulos, el que mejor resumen 'Wasaps con mi gurú' es, para el artista, 'El miedo, el carcelero invisible': "Ahí fue donde Sergi me desarmó"; y el más divertido, el del 'Maestro del termómetro', en el que Melendi se retrata como un gran hipocondriaco. 

De las conversaciones se ha quitado muy poco, "algunas burradillas", según Melendi, contento por todo lo que han reído mientras lo trababan. Y es que, tal como confiesa el asturiano, suele ser "muy bruto y vehemente" cuando tiene confianza con las personas. Por eso, asegura, "Torres ha aprendido de mí muchos tacos, ¡cojones!", dice entre risas. Por su parte, el conferenciante cree haber descubierto a una persona sensible e inocente, lejos de la idea del personaje público que tenía.