Polémica en Buckingham

El portavoz de Carlos de Inglaterra desmiente que hiciera un comentario racista sobre el hijo de Meghan

Un periodista norteamericano afirma en un libro que el príncipe de Gales fue el primero en dudar del color de piel de Archie

Carlos

Carlos / JEFF J. MITCHELL

Laura Estirado

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En la explosiva entrevista de los duques de Sussex con Oprah Winfrey, tras instalarse los 'royals' en EEUU, entre otras revelaciones bomba, Meghan Markle dejó caer que un miembro de la familia real, sin especificar quién, había preguntado por cómo sería el color de la piel de su hijo Archie cuando naciera. Aquellas acusaciones de racismo dentro de los muros de Buckingham han vuelto a resonar de nuevo con la publicación del libro 'Brothers and wives: Inside the private lives of William, Kate, Harry and Meghan', un libro del periodista estadounidense Christopher Andersen, que ha salido a la venta este mismo 30 de noviembre, y en el que señala al príncipe Carlos de Inglaterra, el eterno heredero al trono británico, y el abuelo del niño, como el origen del comentario.

La pareja dijo posteriormente que el autor no había sido ni la reina Isabel II ni su marido, el príncipe Felipe, fallecido en abril.

Horas después de que trascendiera este capítulo del libro de Andersen en un artículo del 'New York Port', un portavoz del primogénito de Isabel II ha negado que fuera Carlos [estos días en Barbados, isla caribeña que se prepara para romper los lazos con la monarquía británica y convertirse en una república] el autor del controvertido comentario sobre el bebé de Enrique y Meghan. "Es una ficción y no merece más comentarios", ha afirmado un portavoz de Clarence House, la oficina del príncipe de Gales, de 73 años.

"Me pregunto cómo serán los niños"

Según el relato del periodista, el 27 de noviembre de 2017, unas horas más tarde de anunciarse el compromiso del príncipe Enrique con Meghan Markle, el príncipe Carlos se sentó a desayunar y le dijo a su esposa, Camilla: "Me pregunto cómo serán los niños". La duquesa de Cornualles, "algo desconcertada" por la pregunta, respondió: "Bueno, absolutamente hermosos, estoy segura". Carlos bajó la voz y preguntó: "Quiero decir, ¿cómo crees que será la piel de sus hijos?".

Una fuente de palacio fue la que le contó esta y otras historias al periodista para su libro 'Hermanos y esposas: Dentro de las vidas privadas de William, Kate, Harry y Meghan' (en Gallery BooksGalería).

Andersen matiza en su libro que la curiosidad de Carlos en aquella conversación fue luego aprovechada y retorcida por cortesanos intrigantes para darle un toque racista. Para cuando la charla llegó a oídos de Enrique y Meghan ya se había convertido en algo tóxico. Por eso, el periodista señala directamente a un grupo de asesores de palacio de alto nivel conocidos como los 'hombres de gris'.

"La pregunta planteada por Carlos se repitió luego de una manera menos inocente en los pasillos del palacio de Buckingham", escribe Andersen.

El libro también revela el enfado de Enrique, expresado a su padre, quien, según otra fuente, le dijo a su hijo que estaba siendo "demasiado sensible con el asunto".

"Falta de tacto"

Esta opinión poco comprensiva fue compartida por Guillermo, para quien el comentario sobre el tono de piel simplemente era una "falta de tacto", pero "no un signo de racismo dentro de la familia".

Según Andersen, no es el único escándalo reciente en la Casa de Windsor. El periodista examina cómo los familiares de Enrique estaban preocupados por su noviazgo y matrimonio con Meghan, su supuesta ruptura con su hermano mayor, el duque de Cambridge, y los desencuentros entre las cuñadas Meghan y Catalina. Un cuarteto, otrora denominado como 'Los cuatro fabulosos', según el autor, por su trabajo caritativo, y que ahora "apenas hablan" entre ellos.

Andersen sostiene que la acusación grave de racismo es la principal causa del cisma entre los hermanos. Pero también subraya que la situación empeoró cuando su abuela, la reina Isabel II, echó sal en las heridas cuando hizo que Enrique se sintiera "borrado" de la familia real.

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