El lado más personal de la estrella

Billie Eilish, las fotos más íntimas de la diva de la generación Z

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Billie Eilish, con 6 años

Billie Eilish, con 6 años / FAMILIA BILLIE EILISH / MONTENA

Laura Estirado

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La niña de 6 años de la foto que toca el piano con las uñas pintadas, que lleva una gorra y le canta a su micrófono de juguete podría ser cualquier niño pasando un rato divertido en casa. Pero no es cualquiera, sino Billie Eilish, una de las estrellas con más talento del panorama musical actual, faro oscuro, inquietante y rebelde de la generación Z y vara con la que se miden las chicas que pasan del amor romántico y de complacer a nadie más que a ellas mismas. Su estética gótica y su voz brumosa, con letras de alguien que parece haber vivido varias décadas más que sus breves 19 años, la han convertido en un fenómeno mundial.

En su corta y prometedora carrera ya ha fulminado varias marcas: como la de ser la artista más joven en escribir y grabar, el año pasado, una canción de James Bond ('No time to die'), o la de ser la cantante más precoz en ganar, con 18, el Grammy al mejor álbum del año, por 'When we all fall asleep, where do we go?', récord que hasta la fecha ostentaba Taylor Swift. Además de ese Grammy, en la misma ceremonia se llevó los trofeos al mejor artista nuevo, así como canción y grabación del año por 'Bad Guy'. No le cabían en los brazos.

Después del parón por el covid, y de la gira que tuvo que suspender, con todas las entradas vendidas, al tercer concierto, Billie Eilish ha puesto a calentar motores para su regreso triunfal, en julio, con su segundo disco, 'Happier than ever', del que ya ha estrenado un primer sencillo, un tema 'MeToo' sobre un abusador titulado 'Your power', y hasta se ha cambiado el azabache y verde de los últimos 18 meses por un rubio platino (cuatro sesiones de tinte le ha costado). Lo ha lucido en la portada de junio del 'Vogue' británico, donde en lugar de sudadera con capucha XXL se ha enfundado en un corsé de Alexander McQueen y medias y guantes de látex de Atsuko Kudo. Cómo no, también la han criticado, esta vez no por usar ropa grande, sino por mostrar demasiados centímetros de piel. "Se trata de lo que te hace sentir bien. Si quieres operarte, hazlo. Si quieres usar un vestido que alguien piensa que te va demasiado grande, ¡a la mierda!, si sientes que te ves bien, te ves bien". Esa es Billie Eilish. Siempre sacando la lengua, burlona, y con un instrumento al lado.

Pero aunque le cante a los monstruos que hay debajo de la cama, se considera una "sentimental", como confiesa en el recién publicado 'By Billie Eilish' (Montena), un fastuoso álbum de fotos familiares realizadas por sus padres, su hermano, Finneas, amigos, gente del equipo y ella misma, "con diferentes niveles de intimidad". Un festín para los fans, que ya pudieron atracarse en marzo con el documental 'Billie Eilish: The world's a little blurry' (Apple TV+), que aquí la descubrirán desde que era un feto en la barriga de su madre, su primera imagen al nacer, hasta sus actuaciones de niña o los últimos días del confinamiento. 335 páginas y medio millar de instantáneas inéditas que "hablan por sí solas", pues solo las acompaña una sucinta introducción y varios pies de fotos (en inglés, hay versión audiolibro, con comentarios de la estrella y sus padres). Un recorrido por las etapas de su vida, algunas "fantásticas y otras terribles", que repasamos en este decálogo.

Muy unida a sus padres

Billie Eilish Pirate Baird O'Connell [sí, también lleva por nombre 'Pirata'] sigue viviendo en la casa de 110 metros cuadrados del barrio de Highland Park, en Los Ángeles, junto a sus padres, la actriz Maggie Baird y el músico y guionista Patrick O'Connell. El álbum se abre con una foto en el vientre de su madre, y en brazos de ella, en el paritorio. Las siguientes postales son jugando y riendo con sus progenitores, "artistas que no eran famosos, sino que trabajaban". Desde que Billie alcanzó el estrellato -y millones de escuchas en SoundCloud-, con la canción 'Ocean eyes', creada a los 13 años para su profesora de danza y grabada con su hermano en su habitación, sus padres dejaron sus respectivas carreras para acompañar a sus hijos en todas sus actuaciones.

Los padres artistas de Billie Eilish, la actriz Maggie Baird y el músico y guionista Patrick O'Connell, de ascendencia irlandesa y escocesa.

Los padres artistas de Billie Eilish, la actriz Maggie Baird y el músico y guionista Patrick O'Connell, de ascendencia irlandesa y escocesa. / FAMILIA BILLIE EILISH / MONTENA

"El mejor hermano del mundo"

Finneas, de 23, es su hermano mayor, "el mejor hermano del mundo", el compositor de muchas de sus canciones y también el productor de ellas, y, como Billie, fue educado en casa por sus padres. Ellos les enseñaron a tocar el piano, la guitarra y el ukelele, instrumento con el que aprendió a tocar 'I Will', de los Beatles. En el libro, Finneas aparece en innumerables fotos con su hermana pequeña, jugando, "haciendo música", en conciertos y en el 'making of' del vídeo de 'Everything I wanted', que dirigió la propia cantante y que va sobre el fuerte nexo que les une. En el último año él se ha emancipado. Durante el confinamiento, en el sótano de su nueva casa, no muy lejos de sus padres, los dos han creado su segundo álbum, 'Happier than ever'.

Primero fue la danza

"Empecé con la danza aérea en las telas cuando tenía 3 años. La dejé hace unos 5. Mi madre aún es buenísima en eso, yo noooo", escribe la artista junto a unas fotos en las que aparece colgada, suspendida en el aire, haciendo piruetas con unas sábanas rojas. En otras, calienta con otras bailarinas y estira la pierna por encima de la cabeza: "Yo, cuando era flexible". Habla en pasado, porque una lesión seria a los 14 la apartó de su primera gran pasión.

La niña del coro

A los 8 años, Billie se apuntó al Coro de Niños de Los Ángeles, donde también cantaba su hermano. Allí pudo educar su voz de soprano etérea, a menudo susurrante, tan personal. "Todo lo que quería hacer era actuar, de cualquier forma que pudiera. Así que lo hice", explica. En su primer 'show' de talentos, cantó 'Tomorrow', del musical de Broadway 'Annie'. Para su segundo, se marcó un 'cover' de 'Happiness is a warm gun', de los Beatles. La foto adjunta muestra a una niña de aspecto indomable, con los brazos cruzados que a penas llega al micro, pero mira fijamente a la audiencia. Puede que solo tuviera 6 años, pero ya es Billie Eilish.

Amigas

Zoe y Drew son sus mejores amigas. A la primera la conoció a los 2 años en el parque. Da fe una foto en que las niñas desnudas [????], juegan con sus muñecas, sobre el césped. A la segunda la conoció a los 9 años en el coro. Las tres son inseparables, y a lo largo del libro van haciéndose mayores: primero disfrazadas de hadas y princesas y luego como compañeras que se abrazan y besan en el 'backstage' de los conciertos, pues Billie no sale de gira sin su familia ni sus amigas.

Fan convertida en diva

Este álbum familiar les regala a los fans la oportunidad de conocer de primera mano la infancia de Billie, y a los que no son fans, una visión bastante conmovedora de lo rara que puede llegar a ser la fama. Su ascenso meteórico, tras subir una canción a SoundCloud cuando tenía 13 años y firmar un contrato discográfico, a los 14, contrasta con una foto borrosa tomada no mucho antes, en su 12º cumpleaños, cuando posó a un lado de una carretera, junto a una pandilla de fans de Justin Bieber, esperando verle pasar conduciendo. Del canadiense tenía empapelada su habitación, y hasta una funda de móvil con su rostro. Solo unos años y unas páginas después, son otros los fans que lloran en sus conciertos y extienden sus brazos con la ilusión de tocarla.

Lesiones, depre y Tourette

Desde que era muy pequeña, ha sufrido ansiedad, tiene un profundo miedo a la oscuridad y ha tenido que lidiar con los tics involuntarios que le provoca el síndrome de Tourette. También padece sinestesia, una patología por la cual se perciben cruzados los sentidos. La depresión viene y va por las páginas del libro. Su cuerpo "fue la razón inicial" de su tristeza cuando era más joven, una situación que empeoró cuando dejó de bailar tras lesionarse. De ahí la ropa holgada. Su primera gira la pilló "el peor estado mental" y la grabación de su álbum debut, en un periodo de su vida en el que "no era muy estable mentalmente, realmente no me gustaba la fama", cuenta.

A Eilish le encantan todos los animales, incluidas las arañas. A la derecha, dejándose tocar por sus fans.

A Eilish le encantan todos los animales, incluidas las arañas. A la derecha, dejándose tocar por sus fans. / LIBRO 'BILLIE EILISH' (MONTENA)

Estrellato

Mucho ha llovido desde que con tan solo 11 años compuso su primera canción, inspirada en la serie 'The walkind dead': 'Fingers crossed', que habla sobre un mundo postapocalíptico en el que solo quedan unos cuantos humanos. Después, y con letras también tenebrosas, hizo historia en los Grammy 2020 como la persona más joven, de 18 años, en alzarse con los cuatro premios principales -álbum del año, grabación, canción y mejor nuevo artista-, y también como la primera en lograr la hazaña desde Christopher Cross en 1981.

Marcando tendencia

Billie Eilish se ha convertido en un icono de la moda precisamente por ir contracorriente y no seguir los dictados de la misma. Los guardianes del 'buen gusto' en las alfombras rojas quizá hayan hiperventilado viendo sus conjuntos chandaleros de Gucci, Balenciaga, D&G, Fendi y Louis Vuitton cuatro tallas grandes con los que ha acudido a recoger premios o a cantar en los escenarios. Comodidad ante todo, mucho logo, mucho color, accesorios a espuertas y 'nail art' kilométrico como el de su amiga Rosalía.

Vegana y animalista

Billie se crió como vegetariana antes de pasarse al veganismo en 2014. Hace dos años la organización PETA le concedió el premio a la Mejor Voz para los Animales por su activismo y la defensa de sus derechos. No se ha cortado en criticar las industrias de los lácteos, la lana y las pieles de visón. Y en casa, además de un gato y una araña, siempre han tenido perros. Por su puesto, salen en el libro, tanto Smidgen, su primera mascota, como Shark, el "apestoso cachorro" que ha adoptado durante el confinamiento, y que protagoniza la última foto del libro.

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