COMUNICADOR POLIFACÉTICO

Juan del Val: "A través del sexo se conoce muy bien a las personas"

El periodista y escritor, de popularidad en alza por sus apariciones con su mujer, Núria Roca, en 'El hormiguero', publica una nueva novela, 'Delparaíso'

El escritor Juan del Val.

El escritor Juan del Val. / Carlos Ruiz

Mireya Roca

Mireya Roca

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Su rostro es cada vez más popular entre el gran público gracias a sus apariciones en 'El hormiguero' (Antena 3) haciendo tándem con su mujer, la presentadora Nuria Roca, pero además de periodista, guionista y tertuliano Juan del Val (Madrid,1970) es un prolífico escritor que acaba de lanzar su quinta novela: 'Delparaíso' (Espasa). Tras escribir mano a mano con su pareja 'Para Ana, de tu muerto' y 'Lo inevitable del amor', en 2017 publicó en solitario 'Parece mentira' y un par de años después 'Candela', con la que recibió el Premio Primavera de Novela en 2019. En su nueva incursión en las letras, el también miembro del jurado de 'El desafío' (Antena 3) habla de la vida, de lo que nos puede pasar a cualquiera y de dilemas morales relacionados con el miedo, la tristeza, la infidelidad, la traición, la muerte... 

Sexo, mentiras, infidelidades, sado… ¿'Delparaiso’ es un mosaico de la sociedad?                   

Sí, hay personajes variados, de todas las clases sociales y de todos los perfiles… Los hay que me caen francamente bien, los hay absolutamente miserables, los hay con los que es fácil empatizar y los hay también de ese tipo de personas a las que quieres tener bien lejos. A mí me parece que es un mosaico de personajes, de clases sociales, de maneras de vivir, de maneras de ver la vida. ‘Delparaiso’ representa casi todo lo que es nuestra sociedad.

¿Las apariencias siempre engañan? 

 No sé si siempre engañan o es un tópico. Hablo bastante de apariencias en esta novela porque creo que es también un espejo de la sociedad actual, donde es más importante lo que se ve que lo que pasa. Por eso, y por muchas otras cosas, quería centrar la historia en una urbanización de lujo.

¿Cómo es la urbanización de lujo ‘Delparaíso?

Es un lugar envidiado: a los que están fuera les gustaría entrar. Me interesaba contar que la mayoría de los residentes tienen una gran casa, un gran coche, pero más para que los vea el vecino que para disfrutarlos. Las apariencias son algo importante en esta novela.

¿La urbanización donde vive con su familia guarda similitudes con ‘Delparaíso’?

Es el mismo concepto de urbanización basado en la seguridad. Lo que se busca en este tipo de casas es la seguridad. Muchas vallas, muchos vigilantes, muchas cámaras… Las casas en ‘Delparaiso’ son como el doble de la nuestra, son mucho más grandes, es otro tipo de urbanización. Sin embargo, conozco el tipo de vecinos de esta clase de viviendas y conozco también los otros lugares que aparecen en la novela, pisos compartidos, donde no se tiene dinero, la clase alta, la media y la más baja…

¿Cómo ha forjado los personajes de esta novela coral?

Yo no escribo lo que veo, sino que todo lo que escribo lo veo. Miro a mi alrededor y me parece que en la vida hay un montón de historias que tienen interés para ser contadas. Me inspiro en lo cotidiano, en lo que tengo cerca de mí y en lo que he vivido, y a partir de allí construyo las historias.

Aborda temas como la homosexualidad, la inmigración, las drogas...

Es un retrato social en el que describo lo que veo a través de los personajes y de lo que les pasa. Pasa de todo. Hay un personaje que es homosexual, Borja, que pertenece a una generación con un padre muy estricto, por lo que es complicado ser gay. Hay también cuatro rumanos que trabajan en una obra. También está el vigilante de la urbanización…  Es una ficción y pasan cosas que yo más o menos describo, pero no se trata de una crítica social. Describo el mundo como yo lo veo, pero como por lo general no juzgo... no tengo problemas con nada. Hay un personaje que tiene problemas con las drogas, pero no es una novela que hable de drogas; hay otro personaje que es homosexual, pero no hablo de la homosexualidad; hay inmigrantes, pero no hablo de inmigración. Simplemente son temas que suceden en lo cotidiano y en la sociedad en la que vivimos.

 En un capítulo, Katy, la enfermera de Borja, piensa que la felicidad consiste en darle importancia a cosas que no la tienen. Explíquemelo.

Mi idea es que la felicidad es una capacidad. Igual que hay gente que está dotada para las matemáticas o para el atletismo, hay personas incapaces de ser felices, porque no están dotadas. Los hay que miran la vida con sus cosas buenas y estas personas suelen ser más felices. El personaje defiende que a la vida no hay que pedirle demasiadas cosas para ser feliz. Ves todo lo bueno que hay alrededor tuyo, ves cosas que tampoco cuestan dinero y te das cuenta de que puedes llegar a ser feliz con bien poco. Pero creo que depende más de cómo uno se plantea la vida que de lo que uno tiene, por eso hay gente amargada, gente negativa. Claro está que la vida tiene su parte negativa -yo huyo del mundo ‘happy’, donde todo es bonito-, pero también tiene cosas maravillosas y merece la pena vivirla.

En otro fragmento, Maite, otro de sus personajes, afirma que el hombre inteligente es el que se da cuenta de que el mundo es una mierda, mientras que el hombre sabio también lo sabe, pero le da igual y la disfruta. ¿En qué lado se posiciona usted?

En la sociedad parece que tiene más prestigio el pensamiento pesimista, pero yo estoy en desacuerdo con esa idea. Huyendo del mundo ‘happy’, como te decía, a mí me parece que la vida merece la pena vivirla y tiene cosas extraordinarias. Ahora bien, esa opción de que todo es bonito tampoco me vale. Evidentemente, el hombre inteligente se da cuenta de que la felicidad absoluta no existe. Pero hay otro paso más: pensar que ya sé como es el mundo y que aun así hay que disfrutarlo. ¿Dónde me encuentro yo? A ratos soy sabio, a ratos, inteligente .Yo creo que todos somos muchas cosas.

El sexo y el deseo son constantes en la novela.

Están porque forman parte de la vida. Estos aspectos aparecen porque creo que definen mucho a las personas. Para saber cómo es una persona es muy importante saber como decora la casa, cómo es en el sexo, cuáles son sus inquietudes, sus deseos… todas estas cosas definen a una persona y a través del sexo se conoce muy bien a las personas.

 Las inseguridades, las traiciones y los miedos recuerdan a la trama de la serie estadounidense ‘Big little lies’?

Me parece una serie fabulosa y de nivelazo, que incluso la nombro en la novela. Tiene mucho que ver con las historias que me gusta contar son personajes que van más allá de una trama.

 ¿Abrirse en canal en la entrevista con Pablo Motos en ‘El hormiguero’,  le ha pasado factura?

Guardo mucha distancia sobre lo que la gente ve en mí. Yo preparo las entrevistas del programa y en esta ocasión fue todo raro, pues yo era el invitado. Decidí no saber nada, ni siquiera lo que me iba a preguntar. Entonces Pablo me dijo: ’vamos a hablar de tu novela y de ti para que la gente te conozca un poco más’. Yo estuve encantado y feliz, porque yo soy eso que conté y a partir de ahí, a unos les puede gustar más y  a otros menos. Me da exactamente igual de lo que piensen de mí. No me avergüenzo de lo que he sido y de lo que soy y de haber pasado dificultades en mi vida, todo lo contrario.

¿En qué rol se encuentra más cómodo en el de escritor, guionista, tertuliano o como miembro del jurado de ‘El desafío’ (Antena 3)?

Llevo 30 años en esto. La novedad es que ahora estoy saliendo mucho en televisión. Durante el confinamiento participaba en la sección de política del programa de Ana Rosa Quintana y trabajaba también de guionista en ‘El hormiguero’, entonces Pablo Motos me ofreció salir como tertuliano. A mí hacer la televisión delante de las cámaras me divierte muchísimo y me resulta mucho más fácil que hacerla por detrás. Donde yo me siento totalmente pleno es escribiendo. Yo me considero escritor, todos los demás son trabajos que tengo y en algunos doy la cara al público. Y es que mi hábitat natural es detrás de la pantalla con el ordenador.

¿Está pensando ya en otra novela?

Es como una enfermedad y es que todo lo que veo me apetece escribirlo. ‘Delparaíso’ hace un mes que salió en el mercado, pero ya le estoy dando vueltas a otras historias. Ahora mismo no tengo tiempo, pero seguro que pronto encontraré algún hueco para escribir una nueva novela.

¿Todos buscamos el paraíso?

Todos queremos estar bien, es una cosa legítima. Yo no creo en los paraísos, yo creo que la vida es muy bonita, pero el paraíso me aburriría. Yo necesito también almas canallas… Un paraíso donde todo el mundo es bueno, todo es bonito, todo está limpio, pues me da mucha pereza. A mí me gusta el humo, las ciudades, lo no ejemplar, me gustan los sótanos con gente haciendo cosas prohibidas, eso es la vida.

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