FUEGO AMIGO

Jesulín de Ubrique rehúye a la prensa en la nueva batalla entre su mujer y su ex

El extorero evita pronunciarse ante el cruce de acusaciones e insultos de María José Campanario y Belén Esteban

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Joan Maldonado

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La guerra entre María José Campanario y Belén Esteban, siempre latente , eternamente larvada, ha estallado de nuevo con una inusitada virulencia, tras una dura y acusatoria carta pública de la primera, respondida puntualmente con una misteriosa y amenazante información guardada en el móvil por la segunda.

Como en todas las guerras, y esta no es una excepción, las batallas producen víctimas inocentes, en muchas ocasiones propiciadas por el fuego amigo. En esta tesitura parecer encontrarse Jesús Janeiro, más conocido como Jesulín de Ubrique.

El extorero, excantante y exactor de 47 años se encuentra en tierra de nadie en medio de un fuego cruzado entre su ex y madre de su hija Andreita y su esposa y también madre de sus hijos Julia y Jesús.

Belén Esteban María José Campanario

Belén Esteban María José Campanario /

Ante la magnitud de la refriega dialéctica entre 'la Campa' de 41 años y la 'princesa del pueblo', de 47, el diestro de Ubrique ha decidido saltar al callejón, refugiarse en el burladero y esperar a que los cabestros devuelvan el morlaco al corral con la esperanza de que el nuevo toro le permita lucirse con un par de muletazos. O lo que es lo mismo, salir huyendo de la prensa, no hacer ningún tipo de declaración y esperar a mejores tiempos.

Gas a fondo

Jesulín, más bien tibio y apocado ante las periódicas salidas de tono de su esposa en los últimos años, como Belén Esteban le ha reprochado en más de una ocasión, prefiere evitar la polémica e ignorar al cruce de insultos y amenazas que han intercambiado en estos últimos diás su mujer y su ex.

Sin dejar de acudir diariamente a Ambiciones para gestionar los asuntos de la propiedad y cuidar del ganado, el de Ubrique tiene una nueva técnica, un tanto arriesgada, para evitar las preguntas de la prensa que se agolpa a las puertas de la finca: pisar a fondo el acelerador de su vehículo y poner tierra, y mucho polvo, de por medio, dejando claro  que no quiere saber nada de esta nueva batalla, cansina y conocida, entre las dos mujeres.