ENTREVISTA CON EL DISEÑADOR GALLEGO

Roberto Verino: "Salgamos de esto y lo demás se va a arreglar, como siempre"

Su firma ha cecido tejido y patrón para confeccionar batas para los hospitales gallegos

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Luis Miguel Marco

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Al habla desde el valle de Monterrei, en Verín (Ourense), la tierra donde nació este nombre propio de la moda gallega. Verín es el territorio por el que apostó y que llevó hasta su apellido y su firma de ropa. Allí, además, en 1998, abrió su bodega: Gargallo. Roberto Verino ha cedido tejido y patrón para confeccionar batas para los hospitales gallegos. 

-Estoy en mi casa de Verín sí, al lado de la bodega, en un lugar magnífico, con el castillo y el viñedo, viendo crecer los brotes de las cepas. Sé que soy un afortunado y lo tengo que decir a los cuatro vientos. 

-La naturaleza se abre paso en esta primavera trágica.

-El ser humano tiene esa capacidad de sobreponerse a las adversidades. La única forma de salir adelante es tener un espíritu combativo y optimista. No hay otra fórmula. Y se lo dice una persona con los 75 a punto de caer. Y como se dice mucho por aquí: sabe más el diablo por viejo que por diablo. Así que vamos a volcarnos en salvar vidas que es ahora mismo lo primordial, en pensar en la gente que lo está pasando mal, en los que han perdido a un ser querido o el que lucha en las ucis. Vamos a ayudarnos a salir de esto y lo demás se va a arreglar, como se ha arreglado siempre. 

-Cómo se han organizado para llevar batas a los hospitales?

-Antes de decretarse el estado de alarma, volviendo de México de presentar la coleción 'Legado', me explicaron la situación y la necesidad de material, aquí en el hospital de Verín, y vimos que había que echar una mano. Era una forma de agradecer todo lo que está haciendo el personal sanitario y de darles algo que necesitan, además de nuestro aplauso. Nosotros aportamos el tejido y el patrón, otras empresas lo cortan y otros lo confeccionan, en cadena, todos coordinados.

-Olvidaremos pronto esta pesadilla.

-La vida continuará y nos olvidaremos pronto, tristemente. Porque esta lección nos debería hacer reflexionar mucho y tenemos memoria de pez. Al final todo esto es también consecuencia de nuestra falta de rigor y de compromiso con la naturaleza, algo que yo personalmente trato de defender y desde hace mucho tiempo, mire desde donde le hablo. Deberíamos respetar mucho más la naturaleza.   

-Nos hemos metido en casa con la ropa de invierno y saldremos de ella casi con la de verano. Ese cambio de armario nos debería ayudar a reflexionar sobre lo básico y lo superfluo. 

-Yo siempre he sido un enorme defensor de los armarios inteligentes. Hay que ser muy cuidadoso para no caer en el despilfarro. He buscado siempre hacer unos buenos básicos de altísima calidad, pero con algo que fuera más allá del simplemente vestirse. A mí me interesa mucho ese ejercicio de racionalidad, que en estos momentos es casi un dilema global. 

-Modesto Lomba, presidente de la ACME (Asociación de Creadores de Moda), cifraba en 90 millones de euros las perdidas de sus más de 50 asociados en el mes de abril.

-De las cifras no le puedo decir porque no me ocupo de ellas. Estoy trabajando en la parte creativa, pensado en que esto se tendrá que resolver y buscando soluciones para que lo que hagamos le interese a nuestro consumidor, que es al que me tengo que dirigir y el que me ha seguido durante tantos años. Eso es lo que anima y me ilusiona. Yo tengo la vista puesta ahora en la primevera del 2021.

-En su trayectoria empresarial ya ha vivido otros momentos complicados y ha tenido que lidiar con los bancos, pienso en la anterior crisis económica, que le pilló en plena expansión internacional. 

-Mire. Yo me formé en París y regresé a Galicia y monté la empresa aquí, algo que podría considerarse una aberración. Y lo hice para que la gente no tuviera que marcharse del pueblo, emigrar a alguna ciudad. Con esto lo que le quiero decir es que siempre he tenido tendencia a complicarme la vida, porque lo fácil lo hace cualquiera. 

-¿Y no ha llegado el momento de dejar los bocetos de lado?

-Ojalá tenga energía y capacidad para continuar muchos años y en buenas condiciones, lo contrario más que una ventaja sería un castigo. Yo lo digo siempre: quiero seguir trabajando hasta los 98 años y luego tomarme algunos años sabáticos. Eso lo digo porque no me quiero ir. Me lo digo, me lo creo y quizá así pueda ser más cierto, es una prueba más como puede ver de mi optimismo y de que, en cualquier lucha, uno tiene que estar convencido de que va a vencer.  

-Ya veo. No puede estar quieto.

A mí el trabajo me ayuda a ser más persona, a ser más feliz, a querer y a sentirme más querido. Así que espero haber heredado los buenos genes de mis abuelos paternos y maternos y de mis padres. Todos ellos disfrutaron de su vida cerca de los cien años, y con las mentes despejadas. 

-Karl Lagerfeld detestaba el chandal y los pijamas. Usted creo que tampoco es muy partidario como vestimenta de confinamiento.

-Absolutamente. Yo soy de los que opino que esta situación excepcional no te tiene que hacer un conformista. ¿La  americana en casa?, por supuesto. ¿Para qué me voy a cambiar si no voy a salir?. Nada mejor que ponerte bien guapo o guapa para las personas que vas a ver, aunque sea por Skype. No hay que bajar la guardia. Hay que hacer lo imposible por sentirse con ánimo y no rendirse.

-La moda como chute de autoestima.  

-Por supuesto. Lo que pasa es que a veces hay un juego un tanto perverso porque seguir la moda no le sienta bien a todo el mundo, o no sienta como debería porque te puede llegar a disfrazar, a mostrarte como no eres. Mi trabajo también consiste en hacer unas prendas que estén al margen de la tendencias, que perduren. Como lo veo yo en la balanza pesa más la ética que la estética. 

-¿Volverán los grandes desfiles o habrá que buscar otras fórmulas, como lo que hizo en la presentación de la colección 'Legado', sobre maniquís y en 'petit comité'?

-Ya hace ahora cuatro años, en el 2016, tomé la decisión de hacer el 'see now buy now' (lo veo ahora, lo compro ahora) presentando las colecciones de esa misma temporada, aunque las temporadas se diluyen cada vez más. Esa idea del 'see now, bay now' me ha llevado también a prescindir del desfile convencional, de la pasarela. Lo hicimos así este año en Madrid y en México, huyendo de las aglomeraciones, durante dos días en que la clientela y la prensa venían a ver nuestra propuesta. Las nuevas tecnología nos permiten llegar más rápido a los clientes que de verdad nos pueden interesar. Ese es el futuro, acercarnos a nuestros consumidores, a los que son fieles a la marca, a los que les debemos todo. A mí no me cabe la menor duda de que los desfiles tal y como los hemos conocido hasta ahora tienen los días contados. 

-¿ Y cómo son esos bocetos de hombre y mujer en los que trabaja?

-Pues eso tengo claro que no lo puedo desvelar. Aunque diga que no sigo las tendencias sí las analizo y las trato de digerir. Sí puedo decir que es un proceso interesante porque después de una situación como la que estamos atravesando uno tiene que aportar soluciones estimulantes, constructivas y que alegren el día a día y, esta vez más que nunca, también el corazón.

-Y si es con una copita de godello mucho mejor.

-Eso es lo ideal. Disfrutar de las cosas buenas que tiene la vida, que las hay.

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