ICONO DE ESTILO

Celine Dion convierte Nueva York en su pasarela

La artista suspende gira, pero cada aparición suya despierta pasiones

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Celine Dion lleva unos años desbocada. Desde que dejó el luto por su descubridor, protector, productor, amante y marido, la cantante canadiense, de 51 años, ha transformado su imagen y se ha convertido en una percha fabulosa para las firmas de alta costura, que la adoran. Lo está demostrando también estos días en Nueva York, en cada una de sus apariciones. La artista ha hecho de la ciudad su pasarela, en plan 'Sexo en NY'.

Las circunstancias, es decir el coronavirus, le han obligado a su pesar posponer algunos de los conciertos que tenía programados en su gira 'Courage World Tour' por varias ciudades estadounidenses -el miércoles noche cantaba en Washignton– y una bronquitis ha hecho también que desembolsara 3.000 dólares para hacerse la prueba y dar negativo. Así que sin agenda por delante estos días de echa a las calles y la gente alucina con ella. Las revistas ya hablan de ella como la reina del 'street style'. "Magia pura". "No podemos ser más fans", dicen respeto a la intérprete del 'My Heart will go on'.

Que si rosa fucsia para celebrar la llegada de la primavera. Que si un traje con pantalón de vestir, falda plisada, camisa y americana, todo del mismo color, de Peter Do, una de las firmas fetiche de la cantante. Que su un impactante conjunto floral de Richard Quinn para Moncler ha evocado la diva la década de los 20: medias y abrigo del mismo estampado a juego con los complementos en blanco. Que si un minivestido con capa incorporada de Michael Kors de inspiración militar y estampado pata de gallo, combinado con unas espectaculares botas altas negras, un cinturón marrón y un tocado beige empolvado con un detalle de pluma de Eric Javits. Que si una sudadera fluorescente de Balenciaga. Y todo sin salir corriendo por las esquina, poniendose en jarras y posando para los fotógrafos y los transeúntes. Si hasta llegó a lanzar un ramo de flores a juego con su falta, en plan novia a la vista.

Detrás de sus estilismos está Pepe Muñoz, el malagueño que se ha convertido en su sombra estos últimos años y que ha sido también criticado por su "extraña relación". Pepe Muñoz es, junto a la estilista Sydney López, la mano derecha de Céline en cuestiones estéticas. Ellos son los responsables de la conversión de la cantante en un icono de estilo: desde hace un par de temporadas, es una figura imprescindible de la Costura parisina, ningún conjunto le parece imposible y no le tiembla el pulso a la hora de combinar en su vestidor los polémicos diseños de Demna Gvasalia para Balenciaga con la romántica costura de Pierpaolo Piccioli para Valentino. 

Muñoz explicaba a la revita 'Icon' esta reconversión: "No es atrevida ¡es atrevidísima! Creo que se ve desde fuera lo muchísimo que se divierte en todas estas apariciones. Nada está prohibido, ella es la mujer del '¿por qué no?' A veces le decimos: «Céline tenemos esto pero no sabemos si va a funcionar» y ella siempre dice: '¿Y por qué no?'. Se lo prueba y si no le gusta pues fuera y a otra cosa. Si alguien pudiera vernos en las horas antes de salir del hotel por un agujerito alucinaría".