ACOSADOS POR LAS CÁMARAS

La guerra de Enrique y Meghan con los paparazis no ha hecho más que empezar

Los duques de Sussex anuncian medidas legales por el acoso mediático que empiezan a sufrir en Canadá

Los paparazi no se olvidan de Enrique y Meghan

Los paparazi no se olvidan de Enrique y Meghan / periodico

Afp

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El príncipe Enrique viajó este pasado lunes por la noche a Canadá para reunirse con Meghan y su hijo Archie, para iniciar una nueva vida en en la isla de Vancouver. 

El matrimonio reside temporalmente en Mille Fleurs, un lujoso refugio en Vancouver escondido entre los árboles y con vista al mar, donde sin embargo no han podido escapar del acoso de los paparazis. Diarios sensacionalistas como 'The Sun' y 'Daily Mail' publicaron el martes, una serie de fotos de la exactriz, de 38 años, llevando a su hijo en un portabebés mientras paseaba a sus dos perros.

Los duques de Sussex han amenazado con tomar acciones legales para que esto cese. Mientras que los abogados de la pareja y el canal de televisión 'Sky News' han afirmado que las imágenes se realizaron sin el conocimiento de Meghan por un fotógrafo escondido en unos arbustos en Vancouver y que hay paparazis con teleobjetivos permanentemente en los alrededores de su residencia. 

De hecho, su mala relación con cierta prensa británica tuvo un peso crucial en la decisión de los duques de Sussex de dar un paso atrás y alejarse de las cámaras. Por ello, decidieron instalarse en Canadá, un país que Meghan conoce muy bien por haber vivido aquí cuando trabaja en la serie de televisión 'Suits'.

En otoño, la pareja se querelló contra algunos periódicos por invasión de privacidad y escuchas telefónicas."Perdí a mi madre y ahora veo a mi esposa convirtiéndose en víctima de las mismas fuerzas poderosa", dijo el hijo menor de la princesa Diana, que falleció  en un accidente de coche en París en 1997 mientras era perseguida por los paparazis.

Condiciones más restringidas

Enrique y Meghan sacudieron a la monarquía británica a principios de mes al anunciar que querían abandonar sus funciones como miembros de primer plano de la familia real. Tras diez días de discusiones, la reina anunció un acuerdo, con condiciones más restringidas de lo que parecía esperar la pareja, que entrará formalmente en vigor en primavera.

Por él ya no podrán utilizar el título de alteza real, Enrique tendrá que renunciar a sus honores militares y la pareja deberá devolver el dinero público con que se pagó la reforma de su casa cerca del castillo de Windsor. 

Son muchas las preguntas sobre la nueva vida que Enrique y su familia tendrán en Canadá, que transcurrirá sin duda más alejada de la familia real. ¿Cómo van a ganarse la vida?, ¿Quién va a pagar por sus servicios de protección? ,¿Qué relaciones mantendrá con la familia real?

El sábado, Isabel II anunció que habían llegado a un acuerdo familiar para respetar el deseo de su nieto de retirarse. Sin embargo, la ruptura parece ser más radical de lo esperado ya que Enrique y Meghan ya no podrán usar su título de alteza real, ni representar oficialmente a la reina, de 93 años.

Enrique, sexto en la línea de sucesión, también renunciará a sus funciones militares, a las que tenía un particular apego. El príncipe se pronunció por primera vez el domingo sobre esta decisión que ha sacudido a la monarquía y ha dividido a la opinión pública y dijo sentir “una gran tristeza”. “Esperábamos seguir sirviendo a la reina, a la 'Commonwealth' y a mis asociaciones militares pero sin recibir dinero público. Desgraciadamente, no va a ser posible”, dijo, durante una cena caritativa en Londres.

De hecho, Enrique se marchó del Reino Unido el lunes tras un día lleno de actividades, que le llevó a participar en una cumbre sobre inversiones británicas en África, donde se reunió con varios jefes de Estado africanos y con el primer ministro, Boris Johnson. Sin embargo, no estuvo presente en la recepción celebrada por su hermano mayor, el príncipe Guillermo, en el palacio de Buckingham.

Por su parte Meghan realizó su primera aparición pública en Vancouver el 15 de enero, donde visitó dos organizaciones caritativas que trabajan en temas sociales con mujeres y niñas de Vancouver, dando a entender que era uno de los asuntos en los que le gustaría centrarse en el futuro.

La prensa británica es un ejemplo perfecto de las opiniones encontradas que la salida de Enrique y Meghan está provocando. El 'Daily Express' hizo hincapié en la pena que invade al segundo hijo de la princesa Diana, mientras que 'The Guardian' considera que la familia real pierde a sus miembros más populares entre los jóvenes.

Mientras que otros diarios intentan adivinar la vida de la pareja en Canadá, que podría iniciar un negocio de producción de televisión, gracias a su fama y a la carrera de actriz de Meghan Markle. “¿Duque y duquesa de Netflix?”, se preguntaba, irónico, 'Daily Mail'.

Los diarios que los acusaban de querer al mismo tiempo las ventajas de la realeza y la libertad de los plebeyos se congratulan sobre todo por el hecho de que la pareja no pueda “representar más a la reina”. Así, el matrimonio renuncia a partir de ahora a su asignación financiera por ser parte de la familia real y deberá reembolsar, por ejemplo, los 2,8 millones de euros que costó la remodelación de su residencia en el Reino Unido, pagada con el dinero del contribuyente. Según los medios británicos, el príncipe Carlos ayudará financieramente a su hijo menor durante un año.

Mientras la pareja y su hijo se asientan en la costa del Pacífico de Canadá, en el país continúa el debate sobre la decisión del matrimonio de instalarse allí, especialmente en lo relativo a los costes asociados con su seguridad. Este jueves, el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, dijo que su gobierno todavía no ha decidido si correrá con los gastos de la seguridad de los duques de Sussex.