EL ESCAPARATE DEL LUJO SE AMPLIA

Moncler y Balenciaga aterrizan este año en el paseo de Gràcia

Las grandes firmas siguen deseando estar en la calle más cara de Barcelona

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Luis Miguel Marco

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Los amantes de los plumíferos de colores que no pesan de Moncler y de las ‘zapas’ de 800 euros de Balenciaga están de enhorabuena. El escaparate del lujo en el paseo de Gràcia se renueva con estas dos marcas internacionales por las que muchos ‘fashionista’ suspiran. La primera en desembarcar será Moncler, en el número 89, en la esquina con la calle Provenza, el local que hasta hace unos meses ocupaban la joyería Ernest Oriol y la firma de moda Anna Mora. La firma italiana tiene mucho tirón entre los famosos y los 'millenials' desde que Remo Ruffini tomara las riendas y reflotara la firma gracias a invertir en creatividad y alocadas colecciones cápsula de moda firmadas por diseñadores emergentes.

Después llegará el desembarco, por fin, de Balenciaga, otro nombre con mucho tirón. Se instalará en el espacio, ahora vacío, de la planta baja del hotel Mandarin Oriental, donde hasta hace unos meses estaba la firma masculina Brioni. Balenciaga se convertirá así en el nuevo vecino de la joyería Tiffany, propiedad ahora de Bernard Arnault y del grupo LVMH. La apertura podría llegar después del verano.

Tanto Balenciaga como Brioni pertenecen al grupo Kering, el imperio del lujo de François-Henri Pinault. La operación es por tanto un cambio de marca en el local que ya alquila Kering, también propietario entre otras de Gucci, Saint Laurent y Bottega Veneta, todas ellas presentes en el paseo de Gràcia. Bottega Veneta, por cierto, se encumbraba a finales de año en los Fashion Awards en Londres como mejor marca de lujo, gracias al impulso de otro 'crack', su director creativo Daniel Lee, que por cierto también trabajó en Balenciaga. Sus codiciados bolsos trenzados cuestan de 2.200 a 5.5000 euros. 

"Que haya movimiento y abran nuevas ‘boutiques’ y de esta categoría es algo que nos beneficia a todos”, explicaba en la tradicional comida de Navidad Luis Sans, al frente de un clásico, la 'boutique' multimarca  Santa Eulalia, donde tanto Moncler como Balenciaga están presentes. "Lo que nos apena es que Furest, emblema de la ciudad durante tantos años, cierre”. Hace ya cinco años, otro nombre propio local de esta arteria, Gratacós, tuvo que trasladarse y dejar su emplazamiento frente al Palau Robert. Y en el número 32 también ha tenido que cerrar Adolfo Domínguez, el mismo año que el veterano diseñador gallego ganaba el Premio Nacional de Moda.

Quien acaba de estrenar una apuesta al día después de tres meses de obras es la nueva ‘flagship’ de la firma italiana Liu Jo, en el número 49, con 400 metros cuadrados distribuidos en dos plantas. El nuevo espacio ha sido diseñado por el estudio italiano Christopher War Studio, que ha buscado “una imagen romántica y contemporánea, con una cuidada iluminación, revestimientos y techos en blanco, pavimento porcelánico con efecto madera y mobiliario con texturas en tonos rosa pastel y metal dorado”. Y es que cuando se habla del lujo, el continente también importa.

Otra de las operaciones pendientes es el traslado de Hermes, ahora en el número 77, que pretende aumentar sus metros de superficie comercial, pero eso quizá no sea este 2020. En cualquier caso, los últimos tres años han sido frenéticos en la arteria del lujo de Barcelona, con la incorporación de marcas como Kenzo, Fendi, Isabel Marant, Christian Louboutin, Loro Piana y Céline, así como la renovación de los locales de Bvlgari, Gucci y Dior.

Tampoco la gran distribución se ha quedado de brazos cruzados. En el tramo más cercano a Plaza Catalunya han abierto en los últimos años un nuevo flagship de H&M, la primera tienda de Uniqlo y la ampliada tienda de Zara, a las que próximamente se sumarán un nuevo establecimiento de Calzedonia y Falconeri y una macrotienda de Nike.    

Y es que la industria del lujo, imán para atraer turistas de calidad, todos quieren estar juntos. Givenchy está en lista de espera y no es la única. Según el último Informe sobre el Mercado de High Street de Gesvalt, empresa de consultoría y valoración de activos inmobiliarios, los alquileres del paseo de Gràcia siguen al alza y en el 2018 aumentaron a los 300 euros el metro cuadrado. "Barcelona sigue gozando de gran atractivo para las marcas internacionales a la hora de abrir su primer centro en el mercado español, por lo que podemos esperar nuevas operaciones". Avisados estamos.