Rosalía, torbellino de 'neoflamenco'

Rosalía es el gran fenómeno del momento y nunca decepciona. Ni con su música ni con sus estilismos. Este jueves por la noche, como un torbellino de talento y frescura, la estrella de 26 años no solo se alzó con tres premios en los Grammy Latinos --uno de de ellos, el más importante de la velada, el de mejor disco del año—, como ya es habitual, también deslumbró en la 20º edición de estos galardones, que se entregaron en Las Vegas (EEUU).

Todos querían ver a la artista catalana, que volvió a cautivar al mundo con su cante y su ingeniosa y rompedora estética trap. Y no defraudó, porque durante la gala lució tres 'looks' muy dispares entre sí, de estilos muy distintos. 

Para recoger los premios, la gran triunfadora de la noche apareció más discreta que de costumbre, con un sencillo traje formado por chaqueta y pantalón corto de color negro y textura satinada, una exclusiva de Carolina Herrera, una de las firmas que no falta en el guardarropa de la reina Letizia. Un 'monolook' sobrio, aunque la galardonada hábilmente le añadió un toque sexi: el sujetador a la vista, una de las tendencias del momento.

'Grillz' de oro, como guiño al hip-hop y trap

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Pero antes, la joven de Sant Esteve Sesrovires, ya había posado en la alfombra roja con gran poderío. Con coleta y unos caracolillos, a lo Estrellita Castro, dientes con 'grillz' de oro, como guiño al movimiento hip-hop y trap, llegó a la gala muy flamenca con un vestido corto de lunares en blanco y negro, una propuesta transgresora de Wes Gordon para Carolina Herrera. Un patrón que actualiza el clásico traje de faralaes, con un lazo en la cintura y una cola infinita, que va barriendo el suelo, y que lució  con unos gigantes pendientes corazón, sus infinitas uñas afiladas y unos zapatos de tacón en tono 'nude' de Jimmy Choo, cotizada firma americana que fabrica sus diseños en Alicante.

Por último, en el escenario, Rosalía interpretó su nuevo sencillo,'A palé’, vestida con un 'body' rojo con mangas abullonadas y transparentes de organza, un impresionante lazo blanco que le envolvia la cintura, a juego con su calzado favorito, unas zapatillas con plataforma, de Naked Wolfe.