ESTRENO ESTE MARTES EN AMAZON

Quique Dacosta cocina los recuerdos de seis famosos en 'Una vida, una cena'

Najwa Nimri, Inma Cuesta, José María Manzanares, Garbiñe Muguruza, Andrés Velencoso y Alejandro Sanz son los protagonistas de la nueva serie producida por The Mediapro Studio

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Luis MIguel Marco

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"Podría estar todo el día cocinando. No me representa ningún esfuerzo y es como mejor me expreso desde que empecé en este oficio con 14 años en El Poblet [el restaurante en València por el que acaba de conseguir la segunda estrella Michelín]. Pero reconozco que esta vez el reto es de los que imponía respeto: quería que los seis invitados se comieran su propia vida".

El chef Quique Dacosta (Jarandilla de la Vera, Cáceres, 1972), con su chaquetilla inmaculada –seguirá así después del servicio– presenta en un día luminoso en Dènia (Alicante), en su restaurante triestrellado, 'Una vida, una cena', una nueva serie de seis capítulos, un plato muy cuidado, que no sabe a ningún otro visto en televisión, en el que Quique cocina los recuerdos y experiencias de las actrices Najwa Nimri Inma Cuesta, del torero José María Manzanares, de la tenista Garbiñe Muguruza, del modelo y actor Andrés Velencoso y del cantante Alejandro Sanz. Producido por The Mediapro Studio para Amazon Prime Video, se estrena este martes 17 en España y Mexico.

"Voy a descongelar lo que comeréis después"

"Os voy a dejar que veáis uno de los capítulos y voy a descongelar lo que comeréis después", bromea el chef hecho un pincel. Suena la banda sonora compuesta por Lucas Vidal para la serie y empieza este festín en cuatro actos.

"¿A qué sabe Nawja Nimri? A misterio. Es escurridiza. Es una anguila. La asamos, la metemos en pan y hacemos un bocadillo". Ideas como esta se plantea en el programa Dacosta con su equipo antes de que se chef e invitado se sienten a la mesa y empiecen a pasar cosas.

Uno de los platos, inspirado en los ojos negros de Nawja Nimri –ella y su eterno 'eyerline'–, es un arroz negro, 'Arroz cenizas' lo llama, con presa ibérica y trufa y es como un paisaje de su País Vasco natal. El exito –"que es denso y solitario, no te creas", dice la actriz- lo interpreta el chef barbado como una sensual bacanal de gamba roja, langosta a la parrilla y carabinero para comer con los dedos y sin servilleta, lamiéndose los dedos.

"He renacido. Antes de convertirme en Zulema en la serie de televisión 'Vis a Vis' yo estaba en la ruina, literalmente", recuerda en otro momento Nimri y el chef sirve un caldo de huesos con pasta de estrellas y una hebra de azafrán, que es el hilo de esperanza. Bajo cada campana, en fin,  es un paisaje que late y respira, un retrato que entra por los ojos y por la boca. "Es mágico lo que haces", le dice Nawja, que suelta frases como: "En realidad yo no era misteriosa, era borde". O "A morir se nos tendría que enseñar desde la escuela. Yo no tengo ningunas ganas de trascender".

El corazón de toro de Manzanares

Aquí hay 'celebrities', pero no compiten entre sí por llegar a la final. El objetivo tampoco es enseñar a cocinar, se escatiman ingredientes y cantidades. Aquí se amasan y doran los sentimientos, material sensible. "Hemos cocinado amargura, desazón, vacío, nostalgia, caricias...." Quique, cuya carta actual lleva por título 'Autorretratos', ha incluido en ella algunas de las elaboraciones que se ven en 'Una vida, una cena', como la sopa de pétalos blancos Inma Cuesta (la actriz es vegana y la carne quedó vetada) o las 'Flores raras' Andrés Velencoso. ¿Se atreverá el comensal a dar fin del corazón de toro de Manzanares?, un corazón que se come de un bocado y que te explota en la boca.

"A algunos de ellos los conocía muy bien, como a Alejandro Sanz, que es paisano, y a otros de nada, como a Najwa. la conocí cuando entró por la puerta.. Para inspirarme en ella me centré sobre todo en su música, más que en el cine, donde no es ella, es otra. Elegí personas que me provocaran meterme en la cocina, gente con fondo. Y no me equivoqué. Durante la grabación llegamos a establecer un diálogo muy intenso. Creo que el espectador va a descubrir cosas que no sabía de ellos. De alguna forma, yo les provocaba a que se abriesen y compartiesen momentos que han marcado sus vidas", detalla Dacosta, que se revela en 'Una vida, una cena' como un buen entrevistador.

Antes de sentarnos nosotros a la mesa y seguir con su túnel de sal, Quique, el cocinero que come arroz casi a diario, nos invita a cruzar la cocina. "Aquí se ven todavía grandes ollas, algo poco habitual en un tres estrellas", señala. Nos invita a meternos en su laboratorio, que es otra cocina escondida. En el hilo musical suena ahora una canción de Alejadro Sanz. En una pared se ven algunas de las acuarelas poéticas que dibuja Quique con mucho duende. Y entonces nos sirve otro platillo, como una nube blanda y sobre ella un trozo de prado verde, hasta con flores. Técnicamente es una coca de arroz glutinoso y hierbas silvestres al pesto. En realidad es una caricia de la madre del artista del 'corazón partío' cuando era niño. Una caricia con un puntito de amargura, como la experiencia que refleja.