BATALLA ABIERTA

Multa de 5.000 euros diarios al rey emérito belga si no se hace prueba de paternidad

Será un experto quien fije la fecha del test cuyos resultados se mantendrían en secreto hasta que haya sentencia

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Silvia Martinez

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La batalla abierta en los tribunales de Bélgica por Delphine Böel, que quiere demostrar que es hija ilegítima del rey emérito Alberto II, padre del actual monarca, consiguió esta semana una importante victoria. La corte de apelación de Bruselas ha condenado a Alberto II a pagar una multa de 5.000 euros diarios si no accede a realizarse una prueba de ADN para establecer si es o no el padre de Böel.

Ahora será un experto quien deberá convocar al rey y fijar una fecha para la prueba. Si el monarca, que abdicó en 2013 y dejó la corona en manos de su hijo Felipe, no se presentara a la cita entonces empezaría a correr la multa. Los resultados de la prueba, en todo caso, se mantendrán de momento en secreto, hasta que la corte de apelaciones no llegue a una decisión sobre el recurso presentado en octubre de 2018 por Alberto II, tras una primera decisión de la corte que le ordenaba someterse a una prueba de ADN durante los tres meses posteriores a esa sentencia.

La existencia de Delphine, artista de profesión e hija de la baronesa Sybille de Sélys Longchamps, se conoció por primera vez en 1999 a través de una biografía de la reina Paola escrita por el periodista flamenco Mario Daneels. En ella se apuntaba a una relación extramatrimonial del monarca de la que nació una niña en la década de los años 60. 

Durante años, Böel intentó un acercamiento con su supuesto padre biológico, pero la negativa de Alberto, que ocupó el trono de los belgas entre 1993 y 2013, le llevó a tomar la determinación de acudir a los tribunales. Lo hizo finalmente en el año 2013. Al año siguiente, Alberto II reconocía en una entrevista concedida a una cadena de televisión belga que su matrimonio con Paola pasó por momentos difíciles, pero nunca admitió la paternidad de Delphine. La corte ya estimó en noviembre pasado que su padre legal –Jacques Böel- no era su padre biológico.

El abogado de Böel ha confirmado que están de acuerdo en que el resultado de la prueba no sea desvelado antes de que el caso se resuelva en la corte de casación, pero dice no entender la decisión del rey emérito de no aceptar la prueba de paternidad que “permita establecer una realidad”.