Mujeres protagonistas

Edith Cavell, la enfermera espía que salvó a cientos en la I Guerra Mundial

Cavell, además, es considerada pionera de la enfermería moderna en Bélgica

Edith Cavell

Edith Cavell / periodico

El Periódico

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En medio de la atrocidad y el horror que significó la Primera Guerra Mundial, hubo mujeres que nos dejaron un legado de heroísmo y compasión. Una de ellas fue la británica Edith Cavell.

Nacida hace 153 años, esta enfermera ayudó clandestinamente a soldados británicos y franceses a escapar con vida de la Bélgica ocupada durante el conflicto bélico. 

Según los historiadores británicos, Cavell se encontraba en Norwich (Inglaterra) visitando a su familia cuando estalló la guerra. Pese a estar segura en casa, decidió ir a Bruselas de inmediato, donde trataría a todas las víctimas de la guerra, independientemente de su nacionalidad. "No puedo parar mientras haya vidas que salvar", fueron sus más célebras palabras

Fue en ese contexto que Edith Cavell se involucró en secreto a una red de espías . Primero ayudó a cerca de 200 soldados a huir de las fuerzas enemigas, con quienes pudo trasladar información vital para acabar con la guerra: Cosió en la ropa de los soldados que salvó, mensajes secretos que pasaron inteligencia vital a los aliados. 

Lamentablemente, en agosto de 1915, después de ayudar a los soldados, Edith Cavell fue arrestada y acusada de traición. Ella confesó ante el tribunal militar y, a pesar de los pedidos generalizados de clemencia, fue ejecutada el 12 de octubre de 1915.

Aunque su ejecución fue legal en virtud del derecho internacional, causó indignación en Gran Bretaña y en muchos países neutrales, como los Estados Unidos, convirtiéndose en un símbolo de la causa aliada, y su memoria fue invocada en carteles y mensajes de reclutamiento en Gran Bretaña y en todo el mundo.

Después de la guerra, su cuerpo fue exhumado y escoltado a Gran Bretaña. En la Abadía de Westminster se llevó a cabo un servicio conmemorativo, y ella fue enterrada en la catedral de Norwich.

En 1917, el Fondo de Enfermería de la Nación se lanzó en su honor para recaudar fondos para ayudar a aquellos que "buscaban la salud de otros a expensas de la suya". Más tarde, el fondo pasó a llamarse el Fideicomiso de Enfermeras de Cavell.

Un doodle en su honor

Gracias a Google y a sus ya tradicionales doodles, hoy recordamos y sabemos más de esta heroína quien nació en Swardenton, un pueblo cerca de Norwich.

Cuidar a su padre anciano durante una enfermedad grave la inspiró a convertirse en enfermera a los 30 años, y comenzó su entrenamiento con la matrona Eva Lückes, amiga de Florence Nightingale, en el Royal London Hospital en Whitechapel.

Luego pasó a trabajar en hospitales en Shoreditch, Kings Cross y Manchester antes de ser invitada a Bruselas para dirigir un nuevo hospital de entrenamiento para enfermeras.

Edith Cavell, cuyo legado de heroísmo y compasión continúa, es considerada pionera de la enfermería moderna en Bélgica, fundó la revista médica 'Infirmière' en 1910.