El obispo Curry se mete a la gente en el bolsillo en Windsor

Michael Bruce Curry es uno de los hombres del día en la boda real de los flamantes duques de Sussex, Enrique y Meghan. Este hombre de 65 años, obispo episcopaliano nacido en Chicago hace 65 años, se ha ganado las simpatías de la mayoría con su homilía en la capilla de San Jorge. En el centro de prensa se ha saludado con una enorme ovación su intervención. 

Es Michael Curry, el primer líder  negro de la Iglesia episcopal, un religioso moderno. Vehemente, locuaz (no se cortó para en cierta ocasión calificar de "hereje" a Donald Trump) y gesticulante, de entrada ya ha dado un tono especial cuando, para recitar su sermón, ha sacado un iPad en el que tenía sus textos. Después ha citado a Martin Luther King y ha hecho un enérgico alegato del amor. "Hay poder en el amor, si no me creen piensen en la primera vez que se enamoraron". "Cuando el amor es el camino podemos tratarnos unos a otros como si fuéramos familia". Sus palabras, y la pasión con la que las ha pronunciado, han arrancado sonrisas a Meghan y Enrique, y también a muchos de los invitados.

Su elección para la boda fue una decisión expresa de los novios, y cuando se lo comunicaron al arzobispo de Canterbury, el otro oficiante de la ceremonia, este se mostró encantado. "Es un pastor brillante, un predicador deslumbrante y alguien con un gran don para compartir las buenas nuevas de Jesucristo", dijo.