SEMANA DE LA MODA DE PARÍS

Karl Lagerfeld nos lleva al bosque

El complemento que ha brillado son las botas doradas

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Mantenerse 35 años al frente de una casa y tener cabeza y músculo para seguir dictando lo que se llevará a unos meses vista tiene mucho mérito. Y es lo que ha vuelto a hacer el kaiser de la moda, Karl Lagerfeld. Para ello el alemán ha convertido esta vez el Gran Palais de París, un espacio que domina a su antojo, en un bosque, de pega, pero un bosque muy real. Y con el público dentro. 

Por ese paisaje otoñal idílico han desfilado este martes sus modelos, también su 'musa' Kaia Gerber, la hija de Cindy Crawford, pisando las hojas secas y amarillentas con botas metalizadas en color dorado, algo que 'Vogue' ya ha avanzado que será lo más (copiado). Botas con puntera fina, que no puntiagua y con un tacón medio. Piezas con un dorado brillante y un estampado que ofrece un acabado desgastado, como un oro envejecido. 

Pensar en el Chanel de Karl Lagerfeld es hablar del 'tweed', de las siluetas rectilíneas en faldas marfiles y esmeraldas, de los conjuntos de dos piezas, de las vestidos armados, de bordados minuciosos, de pedrería y de la reinterpretación una vez más del guardarropa de Coco Chanel, pero en versión 'millenial' de ultralujo.

En la colección de otoño-invierno 2018/2019 de Chanel dominan los tonos marrones y tierras. El negro también aparece en sofisticados abrigos largos de exuberantes hombreras de plumas y flecos. Cuando llega la noche, un llamativo estampado de hojas azules y rosas se apodera de chaquetas y abrigos de esmoquin de cuellos exagerados cuellos. Las prendas voluminosas de pelo dan un toque sofisticado y las sudaderas con capucha aportan el toque deportivo.