Chanel recrea un jardín de lujo y brillo

A Karl Lagerfeld le gusta jugar con el espacio del Gran Palais de París. Y esta vez el director creativo de Chanel ha convertido el recinto en un jardín, con enredaderas, rosas blancas y fuentes con surtidores, para evocar la idea romántica de unos vestidos que son auténticas obras de arte al alcance de unas pocas elegidas. Ha sido su presentación versallesca de su colección de alta costura para esta primavera. Un guion pautado y brillante, no en vano en la mayoría de salidas, 70 nada menos, las figuras brillaban gracias a las lentejuelas, el glitter y toda la pedrería. Ya saben, horas y horas de trabajo de manos expertas en cada vestido joya.  

La colección ha comenzado con siluetas rectas, compuestos por faldas y chaquetas de tweed, el tejido marca de la casa que, además, salta hasta las botas. Poco a poco, como si estuviéramos todo el día el jardín, las prendas diurnas han dado paso a la fantasía nocturna, con volúmenes que se exageran, como el conjunto que ha lucido la joven Kaia Gerber, la hija de Cindy Crawford, con aplicaciones de plumas, capas de tul y tocados vaporosos.

Vestidos blancos y en tonos pastel -rosados, malvas..., con flores transparentes y de colores– muy apropiados para las grandes ocasiones. En el desfile han estado, entre otras, las actrices francesas Isabelle Huppert y Marion Cotillard, la cantante, actriz y modelo Rita Ora (con riñonera Chanel incluida) y la directora de cine Sofia Coppola.