CARRERA IMPARABLE

Slick Woods, la antimodelo

La joven rapada y tatuada protagoniza la nueva campaña de Moschino

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Luis Miguel Marco / El Periódico

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Imposible no fijarse en ella. Por su imagen radical. Por su cabeza rapada, por su diastema (sus paletas separadas) y por sus tatuajes, sobre todo el de un kalashnikov debajo de los senos. Rebelde y descarada, es lo más alejado que se puede ver hoy sobre una pasarela de otras jóvenes como las Hadid, tan perfectas ellas.

Ella es la antimodelo. Por eso algunas marcas la persiguen y las revistas más atrevidas la quieren en sus portadas. Tiene apenas 21 años y se llama Simone Thompson, aunque solo su madre la llama así. Para el mundo es Slick Woods

Hace unas semanas, en la semana de la moda de Nueva York, la joven aparecía en el desfile de Fendy by Rihanna luciendo ropa con aires militares y tocándose descaradamente la entrepierna. Y es que, aunque fue descubierta en una parada de autobús de Los Ángeles, Woods se ha atrincherado y se ha hecho fuerte en la gran manzana, "el lugar donde pasan cosas". Allí la representa la agencia The Lions Model Management.

Ha trabajado para gente como Kanye West y Jeremy Scott y ha dado un salto cualitativo en su carrera en el momento en que Steven Meisel la ha fotografiado para la actual campaña de Moschino. Y atención porque también estará en el nuevo calendario de Pirelli junto a la divina RuPaul. Un calendario que será una divina ida de olla y que recrea el universo de Lewis Caroll de 'Alicia en el país de las maravillas', en versión adulta.

"Es maravilloso sentirse tan aceptada, que la gente piense que eres lo más simplemente por ser tú misma", comentaba Slick Woods en la revista de moda y tendencias 'Oyster', pero también sentenciaba: "Soy modelo hasta que deje de serlo".  

El nombre de Slick Woods, que formó parte también este verano de la campaña MyCalvins de Calvin Klein junto a Kate Moss, Zoe Kravitz o Bella Hadid, empezó a sonar fuerte ya el año pasado, cuando abrió el desfile de Gipsy Sport en Nueva York. Aquel 'casting' se hizo a través de Instagram y su llamativa y poderosa imagen puso fáciles las cosas. Fue fichada a primera vista.

 Después llegarían sus apariciones con Tyler, The Creator’s Golf Gang, Fenty x Puma, Marc Jacobs, Fendi, Yeezy y Moschino, una mezcla de descaro, sexo y poder. Y portadas como la 'ES' Magazine el pasado septiembre. 

En las entrevistas, Woods se muestra encantada del postureo y de haberse conocido. "Me crie a mí misma, lo que me proporcionó una especie de escudo con el que nadie puede moldear mi carácter o personalidad. Mi estilo personal es un poco de mí misma mezclado con otro poco de mí misma. Como que no me importa mucho lo que la gente piense de mí, vamos. Hago de mí y punto, no tengo grandes influencias, si acaso mi madre. Me gusta la gente que no piensa en lo que piensan los demás", explicaba en el 'Vogue' americano. También añadía que de pequeña se veía ganándose la vida como bombero.

Su cuenta de Instagram, donde se define, entre otras cosas, como "una asesina profesional" es un no parar. Entre cientos de selfis sacando la lengua y mostrando unas uñas de 'madame', aparece cogiéndole el pelo a Madonna, de colega con Rihanna,y mejilla con mejilla con su amiga modelo y también rapada, Adwoa Aboah. 

La ubícua Woods también sale en la foto-baño más famosa de la historia, frente al espejo de los aseos del MET de Nueva York en la gala que organizó la todopoderosa editora del 'Vogue' Anna Wintour y acompañada de Kim Kardashian, Kylie y Kendall Jenner, Paris Jackson y Lily Aldridge entre otros. Si se fijan, ella es la que aparece a la derecha de la imagen, la de la cabeza teñida de rosa. Imposible no verla, ya lo decimos.