LA MUERTE DE UN MITO

La supuesta carta secreta de Marilyn Monroe a Truman Capote

El coleccionista Frederic Cabanas afirma tener una misiva inédita en la que la actriz anunciaba al escritor que temía por su vida

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Natàlia Farré / Barcelona

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De todas las suposiciones posibles acerca de la muerte de Marilyn Monroe (Los Ángeles, EEUU, 1926-1962), Frederic Cabanas siempre había apostado por la ingesta accidental de somníferos. Hasta ahora, que asegura sufrió una muerte violenta. "No tengo ninguna duda. Ella me dice que la apartaron del mundo, que la asesinaron", afirma. No es que la 'adorable criatura', como la definió Truman Capote, le mande mensajes de ultratumba, pero casi. Lo que ha hecho cambiar de opinión al coleccionista "apasionado", que no "obsesionado", por el mito erótico del siglo XX por antonomasia es una supuesta carta inédita que la actriz escribió a Capote 11 días antes de morir, el 25 de julio de 1962, en la que "hace un retrato de lo que pasó después". En ella, "revela sus sentimientos de ese momento, algo que es muy importante, y pide auxilio. Es un SOS. La finalidad de la carta es decir: 'Por favor, que vienen detrás de mí'", asegura Cabanas.

“¿Quién puede haber visto más firmas de Marilyn de las que he visto yo en toda mi vida? ¿A mí me ha de decir alguien si es autentica o no? ¡Es auténtica!”

Frederic Cabanas

El coleccionista, con más 2.400 libros, desde novelas a comics, sobre Marilyn en su biblioteca se niega a revelar todo el contenido de la carta a la espera de que "un productor o un escritor con nombre quiera hacer algo importante con el material". Pero el sábado, coincidiendo con el 55º aniversario de la muerte de la actriz, exhibió en su fundación, la Fundació Cabanas de Sant Cugat, un documental por él realizado recordando la existencia de la epístola. Así, además de homenajear al malogrado mito, de paso, daba visibilidad a una misiva que lleva expuesta en las vitrinas del museo desde que abrió, en el 2015. El escrito está puesto de manera que uno solo puede ver el encabezado y alguna frase como "te escribo esta carta en un estado de auténtica desesperación". Cabanas no suelta prenda sobre el resto de lo revelado por Marilyn en la misiva, como mucho algún detalle más del tipo: "Me siento como una mosca atrapada en una telaraña, y mi alrededor está lleno de grandes arañas a la espera de devorarme".

Acto de fe

De manera que lo suyo es hacer un acto de fe a la hora de creerse el contenido de la carta. Como acto de fe es tragar con la veracidad del remitente. Los dos folios están escritos a máquina y firmados “MM”, debajo, de forma manuscrita, consta el nombre de Marilyn. "La autentificación la hago yo", sostiene Cabanas. "No tengo ninguna duda. ¿Quién puede haber visto más firmas suyas de las que he visto yo en toda mi vida? ¿A mí me ha de decir alguien si es autentica o no? ¡Es auténtica!", exclama el coleccionista más que convencido. En su haber, tiene la autoría de cuatro libros sobre la estrella, una planta-museo a ella consagrada en su fundación, además de una vida dedicada a coleccionar y estudiar a la protagonista de 'Con faldas y a lo loco'. La carta le llegó a través de otro aficionado a Marilyn. Este compró de segunda mano un bolígrafo Montblanc con estuche incluido. Y la funda llevaba sorpresa: escondía la carta.

Los dos folios acabaron en manos de Cabanas que los autentificó y ahora expone en su fundación junto al resto de material de la rubia explosiva que ha ido atesorando: desde los guantes que llevaba en 'Los caballeros las prefieren rubias' hasta una reproducción exacta de las huellas de las manos de la actriz que lucen en el Grauman's Chinese Theatre de Hollywood. Las sacó el propio Cabanas con un molde de plantillas, con nocturnidad y alevosía: “Me daba igual salir enmanillado”, recuerda. Su interés por Marilyn nada tiene que ver con el cine sino más bien con su trabajo de pintor: "Es el cuerpo perfecto para el dibujo natural". Y surgió casi por casualidad, a los 21 años. "Salía del Museu d’Art Modern con unos amigos pintores  y en un escaparate vi el libro de Bert Stern. Me impresionó, no el libro o las fotografías, sino la capacidad de Marilyn por interpretar muchos papeles, uno diferente en cada foto. Y eso es muy difícil. Pensé ‘¿quién es esta mujer?’ Compré el libro". Ya no paró. La carta, pero, es su objeto más preciado: "Me pregunto cómo puede ser que aquí en Sant Cugat tengamos una pieza que puede que sea la más importante de Marilyn. ¿Por qué? Por lo que dice", afirma. Y lo afirma convencido.