MEMORIAS DE UN ACTOR

Antonio Resines: recuerdos de un calvo

«Es noble y gracioso. El amigo perfecto, el tipo menos plasta que conozco». Fernando Trueba, colega de Antonio Resines desde su melenuda época universitaria, define así al actor, que repasa su trayectoria en una biografía, en la que otorga un «notable bajo» a su currículo.

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OLGA PEREDA

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Antonio Resines se llevó unas cuantas hostias de los profesores. «Lo normal, vamos. En aquella época era lo más habitual del mundo. Y eso que nuestro colegio era fino». Años más tarde, también recibió otros golpes. Esta vez, de los críticos. «Resines es el peor actor de España desde la guerra civil» o «Menos mal que Resines muere en la primera escena» son frases que leyó en la prensa y que todavía tiene marcadas a fuego. Sin rencor, eh. Con «jeta y sentido del humor ». Las mismas dos cosas que convirtieron a una pandilla de amigos de la universidad (Fernando Trueba, Óscar Ladoire…) en el grupo del Yucatán, la cafetería-escuela que sentó las bases de lo que hoy llamamos cine español. También sin rencor y con humor, Resines repasa ahora su vida en 'Pa' habernos matado. Memorias de un calvo' (Aguilar). Y nosotros las repasamos con él.

EL CANIJO

Nacido -por casualidad- en Torrelavega (Cantabria) en 1954, el madrileño Resines fue un niño bajito. «Y eso que mi madre me daba todos los días Calcigenol para que se fortalecieran mis huesos y creciera». Tiene buenos recuerdos del colegio, pero reconoce que era «lo más parecido a un régimen de terror». Todavía le duele el bofetón que un profesor le propinó cuando se atrevió a preguntar que por qué dos por dos eran cuatro. «No lo cuento como un ajuste de cuentas sino porque en aquella época era lo normal», admite. Le preguntamos si él, en algún momento dado, ha propinado algún golpecito a su hijo, Ricardo (nacido en 1983). «No», responde dejando claro que podemos dudar de la respuesta.

LA III REPÚBLICA Y LAS MISAS

Resines empezó a dejar de ser un «castrado mental» en su época universitaria (empezó Derecho y luego se pasó a Ciencias de la Imagen), donde comenzó a coquetear con la política y con el cine. «Llegaba a ver cuatro películas seguidas». En muchas reuniones se hacían fanáticas menciones a la futura III República. Resines confiesa que llegó a preguntar a sus compañeros si se podría seguir yendo a misa en la República. «Lo hice porque estaba preocupado porque mis padres eran religiosos, pero, vamos, nunca nos creímos que tras la muerte de Franco viviríamos la III República».

BARES SÍ, FACULTAD NO

Óscar Ladoire, Fernando Trueba y Antonio Resines pasaban más tiempo en las cafeterías que en la facultad. Quedaban en el café Comercial, pero Ladoire («que todos los días se ponía una chaqueta de pana») empezó a renegar del local. «Aquí solo hay progres con chaqueta de pana. Vámonos a otro sitio». Cruzaron la glorieta de Bilbao y se instalaron en la cafetería Yucatán (engullida hoy por una franquicia), un local «muy hortera lleno de chicas que estudiaban Secretariado». Los del Yucatán estaban obsesionados con el cine. Todos querían trabajar haciendo películas menos Carlos Boyero, hoy convertido en crítico. «El plan de Boyero era no trabajar nunca en su vida y suicidarse a una edad temprana», revela. Cuando empezaron a realizar cortos, a Resines -que no tenía nada claro ser actor- siempre le encargaban las tareas de producción. Es decir, comprar los bocatas.

UN AÑO EN CARTEL

Los del Yucatán empezaron a percatarse de su emergente poder cuando se estrenó 'Ópera prima', el debut en el largo de Fernando Trueba con Ladoire y Resines como protagonistas. «Los primeros días no fue ni Dios al cine y celebramos el fracaso brindando con champán por que éramos unos malditos perdedores». Dos días después, la sala Paz de Madrid empezó a tener unas colas bárbaras. 'Ópera prima' recaudó 200 millones de pesetas y estuvo un año en cartel. «La película refleja el espíritu de nuestros cortos. Lo pasábamos de puta madre. Dentro de tres años hace cuarenta años que la estrenamos, pero aquí estamos, con dos cojones», se ríe.

UNA RACHILLA COMO ACTOR

No tenía claro ser actor (no pisó una escuela de interpretación), pero desde 'Ópera prima' hasta 1990 rodó 36 películas. Una barbaridad. «Tengo que aprovechar esta rachilla», le decía a Fernando Colomo cuando el cineasta le cuestionaba que si a él le gustaba la producción a cuento de qué tantas cintas como protagonista. Colomo también le reclutó unas cuantas veces. Aunque siempre como segunda opción. Y eso que le defiende a muerte. «No te falla una toma, tiene capacidad para improvisar, posee tablas para dar y tomar, su intuición es especial», admite el director de 'Tigres de papel'. Los críticos no estaban muy de acuerdo. Cuando Enrique Urbizu estrenó 'Cómo ser infeliz y disfrutarlo', una reseña sentenció: «Menos mal que Resines muere en la primera escena». La venganza es un plato que se sirve frío y la de Resines llegó en 1998 cuando consiguió su primer (y único) premio Goya por 'La buena estrella', de Ricardo Franco. «Mi hijo Ricardo empezó a gritar y me abrazó emocionado».

LA ACADEMIA DE CINE

Fernando Colomo no era el único director que siempre pensaba en otro actor antes que en Resines. Fernando Trueba tampoco le tuvo en mente para 'La niña de tus ojos' (1998), aunque luego cambió de opinión. La película fue un auténtico pelotazo, todo lo contrario de lo que ocurrió con la segunda parte, 'La reina de España' (2016), en la que Resines invirtió dinero como productor y se la pegó. «Nos la pegamos todos. No fue nadie a verla. Y cuando digo nadie es nadie. 165.000 espectadores. Nadie», recalca. ¿Otro director para quien Resines era una segunda opción? Sí, Álex de la Iglesia, que antes tentó a Antonio Banderas para 'Acción Mutante'. Al igual que De la Iglesia, Resines fue presidente de la Academia de Cine. 'Pa'habernos matao' no entra en ese jardín. Tampoco en la entrevista con este diario. «¿Para qué? Déjalo correr».

EL «DISPARATE» CATALÁN

En un jardín en el que sí se mete es en el de los nacionalismos. Hablando de la guerra de Bosnia, sentencia: «Cuidadito con los nacionalismos». Capítulos más tarde, recuerda que el exlehendakari Ibarretxe «tuvo la decendia de presentarse en el Congreso de los Diputados para ver si convencía a dos tercios para disolver las cámaras y convocar un referéndum, que es lo que hay que hacer. Lo digo para que lo recuerde la gente». El actual proceso soberanista catalán es, a su juicio, «un completo disparate».

EL CÁNCER

Las memorias incluyen un capítulo desconocido: el cáncer. Cuando terminó de grabar la serie Aquí Paz y después Gloria, tuvo un accidente con la moto y vieron que sufría una anemia de caballo. Tras una colonoscopia los médicos descubrieron un cáncer colorrectal. Ahora mismo está recuperado y sano. Pero pide a los hombres que «no sean tontos» y hagan lo mismo que las mujeres: revisiones anuales. Además del tumor, fue operado de una angina de pecho. Desde entonces se toma la vida con «más tranquilidad».