Kutcher, contra la explotación sexual de menores

Las comedias y un programa de bromas fueron la lanzadera de Ashton Kutcher a la fama pero no conviene equivocar los personajes con la persona. El exmodelo y actor, que la semana pasada cumplió 39 años, es también un inversor en tecnología y una celebridad "con causa": en concreto, combatir la explotación sexual de menores. Para ese empeño cofundó en el 2009 con su entonces esposa, Demi Moore, Thorn, una empresa que investiga y desarrolla nuevas tecnologías para esa lucha. Y como presidente de esa entidad este miércoles ha testificado en el Congreso de Estados Unidos en una sesión sobre la esclavitud moderna.

Casado con la también actriz Mila Kunis y padre de una niña de dos años, Wyatt, y un niño de dos meses, Dimitri, Kutcher ha rozado las lágrimas ante los senadores del comité de Relaciones Internacionales cuando ha contado casos que conoce o ha visto de primera mano, como el vídeo de un turista sexual estadounidense en Camboya violando a una niña de la edad de su hija que "pensaba que era un juego".

Kutcher ha revelado también que ha participado en redadas del FBI en las que ha visto "cosas que nadie debería ver nunca". Pero su intervención ha sido, sobre todo, una de reivindicación del potencial de la tecnología para combatir a quienes la usan para la explotación sexual de niños y también de exigencia de más cooperación y acción política para combatir a los traficantes de humanos.

AYUDA A LAS VÍCTIMAS

El hombre que dio vida en un largometraje a Steve Jobs ha destacado, por ejemplo, los logros de algunos de los programas de 'software' que ha desarrollado Thorn, como uno llamado Spotlight. Según sus datos lo han usado más de 4.000 agentes del orden en 900 agencias de EEUU y ha ayudado a rescatar a más de 6.000 víctimas, incluyendo 2.000 menores, reduciendo un 60% el tiempo de investigación. Otro, denominado Solis y aún en fase beta, ha logrado reducir el tiempo de investigaciones en la Internet Oscura "de tres años a tres meses".

Kutcher ha pedido más financiación para que se desarrollen herramientas tecnológicas como esas y cooperación del sector público con el privado. También ha planteado que se separen el combate contra la esclavización laboral y la sexual, "dos aberraciones pero con soluciones muy diferentes". Y ha instado al Senado a lidiar también con otros factores vinculados a la explotación sexual. Para las víctimas, ha pedido mejoras en la atención mental pero buceando en las raíces del problema ha destacado en particular el sistema de familias de acogida. Lo ha hecho armado de datos, como que el 70% de los presos y el 80% de los reos en el corredor de la muerte han pasado por ese sistema, donde solo un 50% de los niños acaba la educación media y solo un 5% se gradua en la Universidad y donde la probabilidad de que los menores acaben siendo expuestos al abuso sexual se cuadriplica.

Aunque no ha citado a Donald Trump, el actor también ha aprovechado su intervención ante los senadores para alertar sobre los peligros que representan el discurso y las acciones del nuevo presidente de EEUU. "Cuando se excluye a la gente, cuando no se le apoya, eso es una incubadora para el tráfico, y en la crisis de refugiados, si queremos ser serios sobre acabar con la esclavitud, no podemos ignorarlos", ha dicho.

Ese es un tema personal para Kushner y Kunis. Como recordó ella el verano pasado denunciando lo que entonces era solo una propuesta de veto de Trump y como recordó Kushner en enero cuando el presidente firmó la orden ejecutiva congelando el programa de refugiados, los Kunis, judíos, huyeron de una ola de antisemitismo en la Ucrania soviética y llegaron a EEUU en 1999 con visado de refugiados.

La seriedad de los temas tratados en el Senado no han impedido que Kutcher haya dejado también un momento más leve. El senador John McCain, que ha apoyado los esfuerzos de Thorn, se ha acercado hasta la sesión y ha bromeado con Kutcher diciéndole que es "más guapo en las películas". El actor le ha respondido lanzándole un beso.