FESTIVAL DE CINE DE MÁLAGA

El 'oficio' de posar en la alfombra roja

Las actrices (y también los actores) echan el resto en Málaga en el paseíllo del glamur, un trabajo vital para el cine español.

El 'oficio' de posar

El 'oficio' de posar

OLGA PEREDA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El festival de Málaga tiene un rey, el cine español; y una reina, la alfombra roja. Por ella desfilan todos los actores en su faceta más glamurosa (todo es prestado, hasta las horquillas del pelo) y a ella acuden los malagueños armados con un móvil. Todo por un selficon las estrellas. Puede que el paseíllo no sea plato de infinito gusto para los actores. Pero, al igual que ocurre en Hollywood, la industria española se ha dado cuenta de que la red carpet es un trabajo más. Igual que conceder entrevistas o presentar al público tu película. «Forma parte de nuestro oficio. Y es muy importante», defiende Juana Acosta, una de las actrices que más brilla bajo los objetivos y a la que le ha costado unos cuantos años ganarse la confianza de las grandes marcas de lujo, que solo ceden sus diseños a un puñado de elegidas para la gloria. La actriz colombiana lució un floreado diseño de Andrew Gn con el que ganó la batalla a otra de las pocas actrices que se rifan los diseñadores, María Valverde, que optó por un Gucci con transparencias con el que, precisamente, no se ganó el título de la más bella de la noche.

HASTA JOSÉ SACRISTÁN

La protaognista de 'Gernika', eso sí, posó para los fotógrafos con estilo. Y ganas. El cine español también se la juega aquí. Hasta José Sacristán, historia viva, es consciente de que tiene que estar a la altura. «No es lo que más me gusta, pero lo hago. Por supuesto», afirma el veterano actor, que, a falta de modelito, lució en su muñeca una pulsera de plata regalada por David Mamet, que le envió una carta diciéndole que la actuación de Al Pacino en la obra 'Casa de muñecas' era una «mierda» comparada con la suya. En todo caso, no nos engañemos, el paseíllo del glamur es, básicamente, terreno de las actrices. A no ser que seas Mario Casas, que desfiló por Málaga con un curioso traje de Caramelo.

Maribel Verdú, que lució un fabuloso Óscar de la Renta, le sigue haciendo ilusión que le pidan autógrafos en la red carpet. Eso sí, «con respeto». Horas antes de lucir palmito, a la actriz se le acercó una camarera y le pidió permiso para hacerse una foto y regalársela a su madre, rendida admiradora. «Encantada de la vida», le contestó la protagonista de 'La punta del iceberg'.

Sin tanta experiencia como Maribel Verdú pero con igual elegancia desfiló Ingrid Garcia-Jonsson, que si bien pinchó en la rueda de prensa de la película 'Acantilado' (su discurso no estuvo fino) dejó a todos con la boca abierta por la noche con un Stella McCartney.

Para la alfombra roja hay que nacer y valer. Es el caso de Paz Vega. Y si no, siempre se puede suplir con una simpatía arrolladora, como es el caso de Sílvia Abril, María Pujalte y María León