COMUNICADO DE SU ABOGADO

Isabel Preysler hace pública la guerra soterrada por la herencia de Boyer

La 'socialité' niega que haya impedido el acceso a su casa a los hijos del exministro para inventariar los bienes

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La vida de Isabel Preysler no es de color de rosa, por mucho que llene páginas y páginas del papel cuché y sea motivo portada de su '¡Hola!', el 'boe' que relata sus andanzas vitales. A pesar de que vive un buen momento sentimental tras comenzar a salir con Mario Vargas Llosa, desde que murió su último marido, Miguel Boyer, en septiembre del 2014, los medios han dado cumplida información de las disputas soterradas que mantiene con la familia del que fue ministro de Economía en los años 80 en el gobierno de Felipe González.

La pelea viene a cuenta de la herencia de Boyer, con quien tuvo "una historia de amor preciosa". Para resumir: los hijos del fallecido y su primera esposa, la ginecóloga Elena Arnedo Soriano, está preparado acciones judiciales contra Preysler porque creen que se ha gastado todo el dinero, y esta, según algunos medios, les ha respondido que se lo ha gastado, sí, pero en los cuidados de su marido, que había sufrido un ictus que le obligó a tener cuidadores y habilitar la casa con máquinas que le ayudaran a rehabilitarse.

Hasta ahí los precedentes. La novia de Vargas Llosa (menos de un año tardó en salir con el 'nobel' de Literatura) había soslayado toda tensión en sus apariciones públicas, pero la presión a la que se ha visto sometida y la cantidad de información que ha ido saliendo sobre la disputa la ha llevado, en un gesto insólito, a emitir un comunicado a través de su abogado, Javier Ruiz Paredes (como era de imaginar, se los ha enviado a '¡Hola!'). De este modo, ha dado visibilidad al conflicto. 

Hay frases del comunicado que no tienen desperdicio, especialmente las que hacen referencia a los desmentidos. Así, niega que su representada soltara la frase "Miguel vino solo con una maleta" a los hijos de Boyer cuando estos fueron a la mansión de Puerta del Hierro a levantar acta notarial de todos los bienes porque "no había nada que repartir". Dicen que ahí dentro hay una valiosa biblioteca, cuadros, vajillas y obras de arte de Benlliure, Sotomayor y Villegas. 

También niega la información de 'OK Diario', que aseguraba que les impidiera el acceso a la vivienda; es más, asegura que ambos visitaron la residencia acompañados de abogados y técnicos expertos para examinar los bienes que les pertenecen. Y niega también que intentase alejar a su marido de sus hijos nacidos en el primer matrimonio del ministro.

"NO NOS HA DADO NI UN MÍSERO RELOJ PARA RECORDAR A MI PADRE"

"Isabel no nos ha dado ni un mísero reloj para recordar a mi padre", ha declarado Miguel a 'El Español'. "Solo quiero un inventario y lo que dice el testamento y la legislación". Y el testamento dice que el albacea es Christan Boyer, hermano del exministro, mal visto por Miguel Boyer júnior: "No ha hecho nada, ni una gestión y eso no es lo que quería mi padre, que estaría dolido por lo que está haciendo. Me imagino que está más pendiente de Isabel que de nosotros. Le hace la pelota a ella, para qué va a ocuparse de nosotros...", ha dicho a 'Vanitatis'.

Del comunicado de Preysler se deduce que se gastaron una fortuna en cuidar a Miguel Boyer tras el ictus que sufrió en febrero del 2012. Y que fue tal la cantidad de dinero que se gastó en los cuidados de su fallecido esposo que incluso la propia Preysler tuvo que poner dinero de su bolsillo en alguna ocasión. Nunca manejó las cuentas de Boyer, sino su asistenta personal.

Preysler, a través de su abogado, aclara que Boyer no sufrió un rápido deterioro físico y mental en los dos últimos años de vida de su esposo, y que él era consciente de todas sus decisiones. Según ella, todo el dinero que se gastó fue con su consentimiento. Boyer dio un plazo de cinco años para repartir la herencia. Quedan algo menos de tres años y medio para que se solucione el conflicto.