OTRO FAMOSOS EN EL PUNTO DE MIRA DEL FISCO

La jueza exculpa al escritor Falcones de defraudar a Hacienda

La magistrada archiva el proceso contra el autor de 'La catedral del mar' al estimar que no cometió delito

Ildelfonso Falcones, en noviembre del 2015, llegando a los juzgados de Barcelona.

Ildelfonso Falcones, en noviembre del 2015, llegando a los juzgados de Barcelona. / periodico

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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La jueza de Barcelona Elena Carasol ha archivado el proceso judicial abierto contra el escritor Ildefonso Falcones, acusado por la fiscalía de haber defraudado a Hacienda 1,47 millones de euros entre los años 2009 y 2011 por los derechos de autor de sus novelas, entre ellas la titulada ‘La catedral del mar’. El auto, al que ha tenido acceso EL PERIÓDICO, recoge la tesis de su abogado, Emilio Zegrí, que el pasado mes de septiembre solicitó el sobreseimiento de la causa.

La magistrada sostiene que la documental aportada a la causa acredita que el 4 de noviembre del 2004, Falcones transmitió a la mercantil Bufete Falcones los derechos de autor derivados de la obra 'La catedral del Mar' por un precio de 3.000 euros. “La existencia de dicho contrato dos años antes de iniciarse el éxito editorial y consiguiente devengo de los derechos de autor por la misma no concuerdan con la idea de una maniobra dolosa defraudatoria en dicha transmisión”, relata el auto de archivo.

DURANTE 10 AÑOS

La resolución incide en que, además, Hacienda “no solamente consintió durante más de 10 años que el propietario de los derechos de autor de ‘La catedral del mar’ fuese Bufete Falcones”, sino que pleiteó contra esta mercantil reclamándole, como persona jurídica, el IVA correspondiente a los derechos de autor de esta obra. El Tribunal Económico Administrativo acordó que los derechos de autor no eran de Ildefonso Falcones, sino de Bufete Falcones.

La fiscalía señalaba en su querella que el escritor, su esposa, María Carmen Rosich, y su hermano Rafael Falcones habían creado una trama de sociedades radicadas en la República Dominicana, Irlanda, Chipre e Islas Caimán para hacer que sus ingresos fuesen opacos a la Hacienda española. En un primer momento, según la acusación, se simuló la cesión de los derechos de autor a una sociedad pantalla. Luego, la mayor parte de los pagos derivados de la explotación de esos derechos se pagaron a una sociedad irlandesa y otra chipriota.