Colombia y México en un bocado

El restaurante Spoonik ofrece una experiencia gastronómica nueva en Barcelona

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SARA ANDRADE / BARCELONA

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Ir a Spoonik es algo más que ir a un restaurante a degustar buena comida, es más bien hacer un viaje a Colombia México, y es también vivir un experiencia gastronómica distinta. Situado en el barrio de Sant Gervasi desde apenas cuatro meses, los  chefs Jon Giraldo, natural de Colombia, y Jaime Liberman, de México DF, han apostado por un concepto original y llamativo. Spoonik nace del ‘speak easy’, las cenas clandestinas, que empezaron haciendo los chefs en sus casas dos años atrás. “La propuesta tuvo muchísimo éxito, tanto, que el concepto de clandestinidad ya no era tal, y hasta figuraban entre las propuestas gastronómicas más sobresalientes de Barcelona en diferentes plataformas y motores de búsqueda”, explica Jesús Andrés, de Concep Agency.

Su nombre fue el regalo de un buen amigo especializado en ‘branding’, fruto de la mezcla entre Sputnik, el satélite ruso, y Spoon, cuchara en inglés. Su esencia parte de tres ejes: la exclusividad, porque sólo pueden disfrutar unas treinta personas cada noche, la vanguardia, porque el menú es fruto de la investigación, y el mestizaje porque fusiona la cocina mexicana, colombiana y la mediterránea.

EL MAÍZ QUE CONECTA LOS FOGONES

Cuando uno llega a Spoonik debe saber que no hay carta, que pagará por un menú degustación que se adapta a cada temporada del año y que cambia aproximadamente cada tres meses. También debe saber que las mesas se comparten, como también se comparte la experiencia de probar platos distintos, fruto de la investigación en su laboratorio de ideas. Tras semanas de preparación el menú consta de platos variados, entre los que destaca el de verduras de proximidad texturizadas con quesos catalanes. “En función de la temporada las verduras que lo componen van variando. Por ejemplo, ahora incluye alcachofas pero no tomate, justo al contrario que en verano. Es una receta que prevemos que pueda estar presente en la carta durante un tiempo prolongado”, explica uno de los chefs.

Pero si hay un ingrediente común en los tres tipos de cocinas, es el maíz. Es una materia prima esencial en la cocina de Spoonik, tanto, que hasta hay pequeñas mazorcas en el logotipo del restaurante.  También destaca su maridaje, puede ser de vino tinto, blanco, cava o ‘sunnics’, bebidas sin alcohol. Todo perfectamente presentado y de proximidad porque los vinos son catalanes.

Como no sólo de cocina va la cosa, Spoonik fusiona la música y el arte en su performance. Mientras se degusta el menú servido en ocho tiempos, te regalan música de piano en directo, o la voz de una cantante de ópera que te pone los pelos de punta. Además de otras sorpresas que es mejor ver en directo como las proyecciones audiovisuales. Por último, destaca su café 100% Excelsior Colombia, seleccionado en cata a ciegas, tostado y empaquetado para el restaurante. Spoonik se suma al auge de la cocina latinoamericana en Barcelona, con una pizca de distinción que además de incentivar el sentido del gusto te invita a utilizar los otro cuatro sentidos restantes.