MODALES IMPECABLES EN LA MESA

Protocolo para los ágapes navideños

Cómo disfrutar en casa de unas citas gastronómicas de etiqueta

FERRAN IMEDIO
BARCELONA

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Corren tiempos sin trajes ni corbata, ya no digamos lo olvidada que está la pajarita. Pero cuando llegan las Navidades apetece ponerse guapo, vestirse de gala y comer o cenar lo que no podemos comer o cenar cada día, porque el presupuesto es el que es. Llegadas estas fechas de tiros largos, ¿por qué no hacer lo mismo como anfitriones? ¿Y por qué no comportarse en la mesa con unos modeales tan exquisitos como los platos que nos vamos a zampar en una mesa decorada con tanto mimo para la ocasión?

La experta en protocolo Bárbara de Senillosa nos da unas pautas para celebrar ágapes navideños con la mayor de las exquisiteces, cuidando todos los detalles, empezando por el anfitrión, que debe presentar a todos los invitados si no se conocen, estar por ellos (eso significa que habrá preparado el ágape con antelación para no ir levantándose continuamente de la mesa para acabar de hacer la comida). El anfitrión debe  planificar el lugar que ocupará cada comensal en la mesa y evitará decorarla con flores de plástico o con mucho aroma para que no interfieran en el disfrute del ágape. Si los invitados traen vino, lo servirá como forma de agradecimiento. Y nunca presionará a los comensales para que acaben el plato.

El aperitivo deberá tener tres o cuatro elaboraciones como mucho. Si no, los invitados llegarán sin hambre a los platos.

NORMAS BÁSICAS DE EDUCACIÓN / Ya en la mesa, los invitados deben seguir normas básicas de educación (no se puede hablar con la boca llena, no hay que colgarse la servilleta del cuello como si fuera un babero, no se deben quitar cosas de la boca con la mano...) y de etiqueta (las sopas no se apuran inclinando el plato ni se soplan para enfriarlas; el pan es el de la izquierda del comensal; los cubiertos se ponen sobre el plato cada vez que se vaya hacer una pausa durante la comida o la cena).