DAVID LETTERMAN

Un mito en vida

Después de 33 años solo interrumpidos por una operación a corazón abierto, el presentador más mordaz y longevo de Estados Unidos dijo adiós a la audiencia el miércoles. Se lleva a casa una colección de triunfos nada desdeñable, entre los que figuran la apa

Un mito en vida_MEDIA_1

Un mito en vida_MEDIA_1

POR NOELIA SASTRE

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Puede que después de unos años viviendo en EEUU se caigan algunos mitos. Ni son tan eficientes, ni todo es meritocracia, ni el sueño americano existe para la mayoría. Pero hay cosas que no solo no caen, sino que se aprende a admirar hasta llegar a la absoluta devoción. Dos de ellas son la televisión y la música. Y cuando se juntan para hacerlo como solo ellos saben, el resultado es sobresaliente. Eso hizo David Letterman durante 33 años, desde su primer programa en febrero de 1982 (entonces, en la NBC) hasta el pasado miércoles, cuando se despidió de la audiencia con un sencillo: «Lo único que me queda por decir por última vez en un programa de televisión: gracias y buenas noches».

 

Letterman ha dejado su mítico Late Show de la CBS por decisión propia a los 68 años, después de 6.028 programas en el plató del neoyorquino teatro Ed Sullivan, donde ha ocurrido de todo, incluyendo a Madonna soltando tantos tacos por la boca que la entrevista se convirtió en una sucesión de pitidos para taparlos (como suelen hacer en un país que vive entre la ñoñería y el exceso). Drew Barrymore y Courtney Love le enseñaron los pechos. Joaquin Phoenix anunció su retirada del cine para ser cantante de hip hop (la broma era parte del falso documental I'm Still Here). Y Paris Hilton no consiguió que dejara de preguntarle por la cárcel. «Por eso somos diferentes. Tú no quieres hablar de ello y yo es de lo único que quiero hablar», le contestó el siempre mordaz y divertido Letterman. Por los últimos programas han pasado Barack Obama, Bill Clinton, Julia Roberts, Oprah Winfrey, George Clooney, Tom Hanks o Bill Murray, su primer invitado en los años 80, que el martes salió de una tarta para pringar de nata al presentador y a la audiencia en un cómico y dulce final de ciclo.

Igual de superlativo ha sido el adiós musical, con grandes como Bob Dylan, Tom Waits, Eddie Vedder o Foo Fighters, cuyo tema Everlong cerró el miércoles tres décadas de carrera, en un guiño a la canción con la que retomó el programa tras operarse a corazón abierto en el 2000. En el 2001, el de Letterman fue el primer late night show en pantalla seis días después de los atentados del 11-S. En el 2009, el presentador -casado y con un hijo- volvía a sorprender confesando en directo que era víctima del chantaje de un productor, que le pedía dos millones de dólares a cambio de no revelar su affaire con una compañera.

67 nominaciones

Nominado 67 veces a los premios Emmy, a Letterman, la estrella más longeva de un late show en la historia de la televisión norteamericana, le sustituirá en septiembre Stephen Colbert. Será el último de una generación que creó escuela. Alumno de Johnny Carson (a quien ha superado en años en antena: Carson estuvo 30), rival de Jay Leno (ya retirado), maestro para los más jóvenes Conan O'Brien, Jimmy Kimmel o Jimmy Fallon. «Desnudo y asustado» ha dicho sentirse con este adiós tras el que podrían pasar dos cosas: «Existirá una transición razonable, adulta, o me entregaré a una vida de delito», bromeaba en una reciente entrevista. «Dave ha protagonizado miles de horas de comedia, entrevistas afiladas y grandes momentos. Se las ha arreglado para manejar a su gusto a famosos, políticos y grandes empresarios. Está en el panteón de los dioses de este negocio», subraya el presidente de CBS, Leslie Moonves.

David Michael Letterman nació en 1947 en Indianápolis (Indiana), hijo de un florista y una secretaria que vivían cerca del famoso circuito de carreras (de ahí su afición por coleccionar coches en miniatura). De su padre admiraba su habilidad para contar chistes y ser el alma de la fiesta. Como tantos otros americanos, trabajó de reponedor en un supermercado mientras estudiaba. Se libró de combatir en Vietnam (por pura lotería) y se graduó en el departamento de radio y televisión en la universidad de Indiana, donde hizo sus primeros pinitos radiofónicos (le expulsaron por tratar con irreverencia la música clásica). Después fue hombre del tiempo en una televisión local, en la que se ganó cierto nombre por su impredecible comportamiento ante la cámara, como felicitar a una tormenta tropical por convertirse en huracán, inventar ciudades o borrar la frontera entre Indiana y Ohio.

Presentó un programa de variedades y fue reportero de deportes hasta que, en 1975, se mudó a Los Ángeles con la intención de escribir comedia. Allí actuó en The Comedy Store, escribió chistes junto a Jay Leno y participó en varios proyectos televisivos hasta que en 1978 llamó la atención del equipo de Johnny Carson, la persona que más influyó en su carrera. Desde entonces, Letterman ha permanecido fiel a su sarcástico e inconfundible humor. Hasta su agradecimiento final por tanto elogio: «Hacedme un favor. Dejad algo para mi funeral».