DISTINCIÓN DE LA UNIVERSITAT DE LES ILLES BALEARS

Maria del Mar Bonet, doctora reivindicativa

La trovadora pronuncia un discurso incisivo en su investidura honoris causa

Momento de la investidura de Maria del Mar Bonet como doctora honoris causa por la UIB, ayer, en Palma.

Momento de la investidura de Maria del Mar Bonet como doctora honoris causa por la UIB, ayer, en Palma.

JORDI BIANCIOTTO / PALMA

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Maria del Mar Bonet no desaprovechó la oportunidad de defender sus convicciones culturales, lingüísticas, ayer en  Palma en su investidura como doctora honoris causa por la Universitat de les Illes Balears (UIB). En su parlamento, su «primera lección magistral», como la presentó el rector, Llorenç Huguet, puso el acento en la lengua («cuando digo lengua quiero decir claramente, inequívocamente, la lengua catalana»), rindió homenaje a la labor de los docentes y aludió a la «riqueza cultural que el Estado español ha perdido con su pobreza de miras».

Fue un acto calentado por un rotundo discurso del escritor y catedrático Damià Pons, que destacó la «perseverancia» de la trovadora en sus 48 años de carrera pese a la censura inicial, «la apatía de las instituciones autonómicas», el dominio de la música en inglés y castellano, las dificultades «de la canción de autor en general y la catalana en particular», y la «rapiña» de la piratería.

Ataviada con la toga y tocada por el birrete que mandan los cánones de la indumentaria académica, Bonet aseguró que la distinción iba «mucho más allá» de sus sueños y retrocedió hasta sus inicios, a las canciones de su hermano Joan Ramon y a su salto a Barcelona para estudiar en la Massana. A sus primeros pasos con Els Setze Jutges, cuando el propósito era «devolver la lengua catalana a las canciones y crear una nueva canción popular a imagen de la nueva canción de autor francesa».

EL PAÍS MEDITERRÁNEO / Recorrió sus colaboraciones, en particular las que basculan alrededor de «ese país», dijo, que ella llama «Mediterrània», de Manolo Sanlúcar y Paco Cepero a Mikis Theodorakis y las Juventudes Musicales de Túnez, y lamentó las «guerras y convulsiones» del mundo árabe y Oriente Próximo, donde tantas complicidades estableció con músicos de los que ha perdido el rastro. «¿Qué se ha hecho de aquella escuela de música de Damasco donde los encontré?». Reconoció a sus poetas, como Rosselló-Pòrcel, Ramon Llull y Blai Bonet, y auguró un compromiso musical con «unos cuantos discos que esperan sobre la mesa».

Parlamento prolongado con canciones, ya sin birrete, arropada por Borja Penalba (guitarra) y Andreu Riera (piano): Cavallet de serp (recuerdo a Guillem d'Efak), Les illesDansa de la primavera, Mercè, De sentir, Inici de campana, Alenar, No puc dir el teu nom, Què volen aquesta gent y la coral de la UIB uniéndose a De llaurar, Blaus i sol de roses blanques y El pi de Formentor. Esplendorosas, en plenitud vocal. La audiencia, con asistentes como Miquel Barceló y el barítono Joan Pons, absorta en sus enfáticos giros. La distinción, naturalmente, pilla a Bonet trabajando: la semana que viene, el 25 y 26 de febrero, actuará en Madrid (sala Clamores).