PROCESO JUDICIAL

Montserrat Caballé acepta una condena de seis meses de prisión por fraude fiscal

La soprano, que ya ha devuelto la deuda con Hacienda, habrá de pagar también 240.000 euros de multa

Montserrat Caballé, en el Liceu

Montserrat Caballé, en el Liceu / DANNY CAMINAL

J. G. ALBALAT / BARCELONA

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La soprano Montserrat Caballé ha aceptado una condena de seis meses de prisión y el pago de 240.000 euros de multa por defraudar a Hacienda 508.000 euros. La cantante lírica, que teóricamente no tiene porqué cumplir la pena de cárcel, ya saldó hace meses esta deuda. Caballé ha firmado este martes el escrito de conformidad que ha redactado la Fiscalía, acuerdo que ahora deberá ratificar ante el juez de lo penal para evitar su juicio.

La artista declaró el pasado 9 de mayo en su domicilio -alegó indiposición que le impedía presentarse en el juzgado- ante el juez Josep Miquel Porres como imputada por la defraudación mencionada correspondiente al Impuesto de la Renta de las Personas Física (IRPF) del ejercicio 2010. La actuación respondía a la querella presentada antes por el Servicio de Delitos Económicos de la Fiscalía de Barcelona contra la artista tras haber recibido la correspondiente denuncia de la Agencia Tributaria. Según la querella, Montserrat Caballé tenía en el 2010 su residencia en Barcelona, ausentándose del país tan solo para el desarrollo de su actividad profesional como artista lírica. Al residir en España, según la acusación pública, estaba obligada a presentar ante la Agencia Tributaria española la declaración-liquidación del IRPF.

Paraíso fiscal

En el 2010, la soprano, subrayaba la querella, participó en diversos conciertos en España, Alemania, Suiza, Italia, Lituania, República Checa, Rusia y Ucrania, así como en grabaciones musicales en Moscú, Ginebra y Barcelona. La fiscalía sostenía que Caballé, «con el deseo de obtener un mayor beneficio de la actividad profesional» a base de «no ingresar en la Hacienda» el dinero que le correspondía por IRPF «formalmente» figuraba como residente en Andorra, «país que tenía la consideración de paraíso fiscal».

La mayoría de los contratos que firmó los realizó a través de la sociedad Reial Classics de Andorra la Vella, indicando que su retribución fuera ingresada en una cuenta de esta sociedad en la sucursal del Banc de Sabadell del país vecino.